Esposa falsa de Simón romance Capítulo 160

Veronica la miró con aturdimiento durante un rato.

-Tú ... parece que estarás satisfecha con que me muera de un ataque de ira.-

Frida se quedó allí mirándola fijamente.

-Madre, me pediste veinte mil euros, ¿Acaso no crees que me lo estás poniendo muy difícil como si te importara mi vida ?-

-... Está bien, ¡No te vuelvo a pedir ciento cincuenta mil! ¡Dame quince mil! ¡O veinte mil!-

-Madre, de verdad has sobreestimado mi capacidad.-

-Frida, te he criado desde que eras niña, ¿con eso me pagas? Son sólo decenas de miles de euros, pero no quieres dármelos. ¿Dónde está tu piedad filial?-

Frida no dijo nada, pero las manos que colgaba a ambos lados de su cuerpo seguían apretadas con fuerza, se mordió el labio inferior con firmeza, sin importar que las miradas extrañas de la calle estuvieran cayendo sobre su rostro.

Ya..., los demás podían mirar burlándose de ellas como quisieran.

Pero ahora, realmente no pudo sacar esa suma de dinero.

-¡Habla !- Veronica dio un paso adelante y tiró de su ropa vigorosamente, -Mira tu ropa y las cosas que usas todos los días. ¿Acaso no soy yo la que me he procurado todo esto para ti , desagradecida? ¿ no vuelves a necesitar tus padres después de vivir una buena vida?-

Ella la insultó en voz alta, y Frida cerró los ojos y no se resistió.

De repente, un par de manos la cubrieron y la protegieron de todos los ataques de Veronica.

-Señora, por favor.- Una voz suave sonó por encima de su cabeza, y Frida abrió los ojos y miró al hombre con desconcierto.

Era Óliver Freixa ...

¿Por qué él estaba aquí?

-¿Tú, quién eres?- Veronica miró al hombre que de repente apareció para defenderle a Frida dejando que ella se quedara detrás suyo, por lo visto era un hombre de alcurnia y se veía extraordinario en todo lo que vestía.

Veronica entrecerró los ojos y lo observó minuciosamente con su mirada, -¿Eres el marido de Frida?-

Frida se sorprendió por un momento y explicó ansiosamente, -Mamá, él no es ...-

Al escuchar eso, Óliver se quedó un poco pasmado y sonrió levemente-Entonces eres la madre de Frida .-

Frida le miró a Óliver con asombro, "¿Qué quería decir con esto? ¡Por qué no negarlo!"

-Sí, soy la madre de Frida, ¿Eres su marido?- La sonrisa de Veronica se volvió halagadora. -Lo que pasa es que la vida de nuestra familia ha sido un desastre recientemente, así que le pedí a Frida algo de dinero prestado, pero no me esperaba que ella fuera muy testaruda, me dijo que no ... ¿cómo puede ser posible? Se casó entrando a vuestra familia Freixa, ¿no? Fijo suele tener mucho dinero de bolsillo el día a día, ¿no? Además, tiene trabajo ... -

Pero antes de que Veronica pudiera terminar de hablar, Óliver sonrió y le preguntó

-Disculpe, señora ¿cuánto dinero quieres pedir prestado?-

Veronica dijo rápidamente el número que quería.

-¡No mucho, solo veinticinco mil euros!-

-¡Madre! ¡Acabas de decir claramente que ….!-, Frida no pudo evitar interrumpirla con una voz bien aguda.

Veronica le lanzó a Frida una mirada de inquina.

Óliver sonrió y le dejó a Frida que se parara detrás suyo impidiéndole hablar, luego sacó una tarjeta de su billetera y se la entregó a Veronica.

-Señora, hay treinta mil euros en esta tarjeta. Si necesitas dinero urgentemente, tómalo, tranquila. La contraseña es de 777777.-

Frida , quien fue arrastrada atrás de él por Óliver, salió ansiosa cuando escuchó el número y quería coger esta tarjeta bancaria. Pero que Veronica se la llevó primero, y ella ya se comportaba exorbitantemente feliz ahora.

-¡Mi yerno es muy bondadoso! Entonces, muchas gracias. Frida , ¡realmente te casaste con un buen marido!-

Después de hablar, Veronica rápidamente dio un paso atrás mientras decía como si ella quisiera venir a robarle la tarjeta, -Tengo algo urgente que hacer, así que me tengo que ir y os visitaré el otro día.-

Veronica se dio cuenta bruscamente después de cruzar la esquina de una calle.

Se sintió bastante extraña, "¿No era que Frida se casó con un discapacitado? ¿Por qué ese hombre estaba parado hacía un momento? "

Ya….., de todos modos, con esos treinta mil euros, ¿Acaso no podría hacer lo que quisiera en el futuro?