Simón Freixa se burlaba con frialdad, y dijo directamente, -No, es imposible. Si quieres tener una hija, tienes que casarte y preguntar a tu esposa.
Al escuchar eso, Anthony Collazo se ponía un poco enojado.
-Dices que me debes un favor, y solo quiero ser su padrino.
-Oh, ¿de verdad? -Simón dijo como si no fuera nada, -Pues, el favor que se acaba de mencionar no se contará.
Al terminar sus palabras, él iba a salir, abrazando a Pepita. Pepita dejó de sonreír y miró a Simón con los ojos negros y inocentes.
Pobre Anthony no podía ver cómo se convirtió la mirada de Simón. Después de Simón darse vuelta, él miró a Pepita suavemente y dijo en voz baja, -Tontita, estás tan cerca de convertir a un tonto en tu padrino.
Él no permitía que su hija tuviera un padrino así.
“Tío Anthony es aceptable. No voy a dejar que mi hija tenga un padrino así.”él pensó.
Simón estaba decidido a no dejar que Anthony reconociera a esta ahijada.
Así que cuando Anthony se enteraba de que la versión de Simón no iba a funcionar, ponía toda su energía en persuadir a Xenia, que estaba molestando mucho por él.
-Anthony... Pepita no es solo mi hija. ¿Y no crees que sería mejor que Pepita te llamara tío Anthony?
Anthony se quedó parado un momento, ladeó la cabeza y preguntó, -¿Sí?
-Por supuesto. -Xenia sonrió y asintió, dándole una palmadita en el hombro, -Tío Anthony es bueno. Piénsalo, en los tiempos que corren hay mucha ambigüedad sobre el término padrino. No podemos suponer que todo el mundo piense así, pero ¿qué pasa con los demás? ¿Y si algunas personas se hacen una idea equivocada? Así que creo que Simón hace bien en no decir que sí. De todos modos, Pepita siempre te llamará tío cuando crezca, es solo un llamado. Anthony fue persuadido por Xenia de que, si realmente le gustaba, se llevaría bien con ella.
“Es cierto que el nombre de Padrino puede ser malentendido. Seré un anciano para cuando Pepita crezca. No importa lo que los demás digan de mí, pero no Pepita.”él pensó profundamente.
Anthony pensó que habría un malentendido y quizás un rumor. Así que él descartó la idea y dijo con una sonrisa, -Bueno, entonces, ella me llama tío Anthony, no te preocupes, Xenia, ¡yo me ocuparé de Pepita!
Y ahí se acabó el asunto.
Xenia recordó algo y preguntó.
- Por cierto, ¿has vuelto solo esta vez?
Anthony se erizó, -No, por supuesto que no.
-¿Oh? -Xenia sintió curiosidad, -¿Había alguien más contigo?
Anthony asintió, -Claro que sí. Mi abuelo quiso que volver conmigo, diciendo que iba a la fiesta de Pepita. ¿Por qué él quiere volver? Es demasiado viejo para eso.
Xenia se quedó callada, habiendo entendido mal que volvió con Lolita Jiménez.
-Anthony, gracias. ¡Cuando gane dinero, te invitaré a una gran comida!
Entonces, cada vez que Anthony la veía así, alargaba la mano y le daba un golpe en la frente tan fuerte que se cubría la mano de dolor y luego se burlaba de ella.
-Si te conmueve tanto esta comida, si te llevo a comer por un año, ¿te conmoverás tanto que me darás tu vida?
Tal vez que Lolita fue golpeada por Anthony o qué, pero a pesar del dolor, lo miró con lágrimas en los ojos y asintió a sus palabras.
Entonces, la sonrisa de Anthony se congeló.
Solo él estaba bromeando, tratando de burlarse de ella. Pero la tonta mujer le miró y asintió con lágrimas en los ojos, por lo que Anthony se quedó helado en el sitio y tardó un momento en reaccionar y volver a golpear a Lolita con fuerza en la cabeza.
-¿Eres estúpida? ¿Unas cuantas comidas y ya está? ¿Realmente quieres entregar tu vida a cualquier hombre que te invite a comer en el futuro? Eres una chica. ¿Lo entiendes? ¿Cómo puedes decir que sí a esas cosas? Estarás en desventaja, ¿sabes?
Los ojos de Lolita se volvieron aún más rojos mientras le miraba y negaba con la cabeza, -No lo entiendes. Eres la primera persona que ha sido tan amable conmigo desde que llegué al extranjero.
-¿Para qué me des tu vida? Solo te voy a llevar a comer, ¡no te conmuevas! Además, ya conoces a Xenia, ¡solo ye ayudo en lugar de ella!
Después de decir estas palabras, Anthony se dio cuenta de que la luz de los ojos de Lolita parecía haberse apagado un poco, pero no le importó y se limitó a instar a Lolita a comer rápidamente.
Aunque Anthony seguía llevando a Lolita a una gran comida después, los pensamientos de Anthony habían cambiado un poco. Por alguna razón, se sentía satisfecho cada vez que veía que a Lolita se le iluminaban los ojos ante la comida antes de bajar la vista y comer obedientemente.
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