Esposa falsa de Simón romance Capítulo 23

Esas manos grandes cálidas y poderosas, la sostenían establemente cuando Frida caía al otro lado.

Parecía haber un momento de silencio alrededor, la cara de Frida estaba pálida, mientras tenía un poco de recuperación brillante frente a ella.

Ella vio un par de pierna primero, subiendo las miradas de Frida se veía claramente a la persona delante de ella.

Los ojos del hombre eran profundos y fríos, un labio delgado, alrededor del cuerpo salía un aliento de sombría. A pesar de que estaba en una silla de ruedas, su aura fuerte destacaba entre la multitud.

La multitud era presionada hacia atrás por este aliento, mirando al hombre que aparecía de repente.

¿Quién era él?

Frida no tenía fuerza, fue retenida por un momento y todavía sentada allí, mirando a Simón.

-Tú, ¿todavía estás aquí? -

Ella pensó que se fue debido a su apariencia fea, ¿quién sabía que todavía estaba aquí?

-¿Todavía no te levantas?- Sus ojos eran negros mirándola, Simón le preguntó en voz baja.

Al escucharlo, Frida reaccionó, y quería ponerse de pie, pero cuando se levantaba y encontró que el vestido roto era bastante pesado, si se levantaba, el vestido iba a caerse hacia abajo.

-No, no puedo-

Simón fruncía el ceño y la miró descontentamente.

Frida mordía el labio inferior y hablaba torpemente –El vestido, el vestido podrá caerse hacia abajo si me pongo de pie.-

Los ojos de Simón estaban ligeramente entrecerrados.

Frida sentía que realmente ella era tan inútil, ¿por qué ella estaba tan avergonzada en ese momento? ¿Pero Simón solo estaba dispuesto a verla así sin ayuda?

Pensando en esto, un abrigo se cubrió con su cuerpo, Frida lo miraba sorprendida.

-Tú...-

-¿Todavía no te levantas?-

Frida tenía que levantarse rápidamente y la cubría bien con su chaqueta, luego aprovenchando las fuerzas de las manos de Simón para ponerse de pie.

Sus manos eran generosas y cálidas, la temperatura a lo largo de la palma pasaba al cuerpo de Frida y a su corazón, después de ponerse en pie, Simón se veía indiferente y retiró sus manos. Frida de repente tenía una sensación de depresión.

Su abrigo estaba llenado de un fuerte aliento masculino que la envolvía, al principio estaba muy nerviosa y preocupada, en ese momento de repente sentía que parecía tener confianza.

Por primera vez en tantos años, se sentía ser protegida.

-¿Quién la empujó?-

La voz de Simón era tan fría y indiferente.

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