El corazón se me quería salir del pecho, nuevamente el pánico me invadió.
-Te voy a encerrar por traidora- su tono de voz es fuerte.
-No, escúchame. Yo no tengo nada que ver con él, solo quería dejarle claro lo nuestro. Ya no lo quiero.
-Eres una mentirosa y ahora mismo me vas a conocer de lo que soy capaz cuando me mienten.
Me suelta con furia empujándome en la cama. Note como se desabrochaba el cinturón. Mi cuerpo empezó a temblar. Me va a pegar con su fajón.
-¡Te lo advertí, Cariza! ¡Y lo peor es que se besaron!
-No, no, estas equivocado. El me beso, yo no le correspondí te lo juro.
Se acercó a mí y levanto el cinturón, me encogí en la cama por el miedo que se impacte en mi piel. Las lágrimas salieron y varios sollozos. El golpe nunca llego pero me aterre al verlo aventando todo al suelo. Arthur empezó a gritar.
-¡Maldición, lárgate, déjame en paz!
Puso sus manos en cada lado de su cabeza y de una manera brusca se agitaba el mismo, es como si peleara contra el mismo.
-¡Déjame en paz, maldito débil! -sus gritos son desgarradores y aterradores.
La imagen me sorprendió, él se golpeaba a sí mismo, sus nudillos estaba sangrando, necesito controlarlo. Me levante con miedo de la cama, aleje el cinturón de él. Luego me arrodille a su altura, sus ojos eran diferentes y sangre brotaba de su boca, se ha lastimado el mismo.
-Lárgate- me pidió con voz suave.
-¿Qué tienes, porque te estas comportando de esta manera?-quise saber. Sus manos apretaron su cabeza como si se la quisiera arrancar. Se levantó y me aventó con fuerza, gemí de dolor. Luego me tomo de mi cuello diciéndome palabras feas y a la vez pedía que me escapara, era como si dos personas se encontraran en su cuerpo. La puerta de la habitación se abrió de un fuerte golpe, Gamaliel entro con Nina.
-¡Señor Arthur! Por favor debe controlarse, suéltela, la está lastimando.
Miraba todo borroso, a pesar que su agarre en mi cuello no era fuerte, sentí que me faltaba el aire.
-Déjala maldito- se dijo a sí mismo.
Soltó sus manos de mi cuello y caí al suelo tosiendo con fuerza. Trague saliva al verlo llorar, jamás pensé que este hombre lloraría. Gamaliel lo ayudo a levantarse llevándolo con él al cuarto de baño.
-Señorita ¿Se encuentra bien?
Negué y me puse a llorar, Nina me abrazo con ternura.
-¿Que le ha pasado? ¿Por qué se comportaba de esa manera? Se lastimo el mismo- dije con los ojos llorosos.
Ella negó y solo me ayudo a levantarme sacándome de la habitación.
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