Esposa Pecadora romance Capítulo 104

Las esquinas del diario rasparon la herida sin sanar de su rostro y hubo una ráfaga de dolor agudo antes de que la sangre empezara a salir nuevamente.

Jeremy no lo notó, sin embargo. Él pasó junto a su hombro y sus grandes y poderosos hombros golpearon el cuerpo delgado de Madeline y en un instante, ella cayó al lado de su cama. Frente a ella, estaba su diario abierto que Jeremy le había lanzado. Madeline miró hacia abajo y ella vio las palabras que ella había escrito. “Jez, finalmente puedo volver a verte…”.

Madeline miró las palabras escritas en la página de su diario y se rio de sí misma. Riendo y riendo hasta que las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos inconscientemente.

El agua cálida goteaba por encima de su herida abierta, por la curva de su mentón, y finalmente se mezclaba con cada gota de sangre, cayendo en la oración de su diario.

Jez…

Su antiguo Jez había muerto en su corazón.

Ese brillo gentil, el chico que le había dicho que quería estar con ella por siempre, había muerto por siempre en su corazón.

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Algo de pus se desarrolló en la herida del rostro de Madeline y así, ella tuvo que ir al hospital.

Luego después de que le trataran la herida y de que estaba a punto de irse, dos enfermeras jóvenes pasaron junto a Madeline.

“La Sra. Montgomery será operada pronto, pero las reservas de tipaje de sangre del hospital han sido usadas. Si algo sucede durante la cirugía, ¿quién se encargará?”.

“Una cirugía de apéndice usualmente no causa una fuerte hemorragia a menos que haya un accidente, pero, ¡no creo que la Sra. Montgomery tenga tan mala suerte! Y creo que su rostro se ha puesto azul por el dolor. ¡Ella debe ser operada de inmediato!”.

El paso de Madeline se alteró de repente y ella se apresuró a alcanzar a las dos enfermeras. “Puedo preguntarles si la Srta. Montgomery de la que se refieren se llama Eloise Patton?”.

“¡Así es! ¿Quién es usted?”, las enfermeras miraron a Madeline un par de veces. “Si necesita algo, por favor, diríjase a la recepción. ¡Estamos ocupadas!”.

Las enfermeras se apresuraron luego de decir eso.

Madeline se dio la vuelta sin hablar y corrió al punto de transfusión de sangre donde ella había escuchado la voz de Meredith regañando desde la distancia.

“¿Qué tipo de hospital es este? ¿¡Por qué siempre les hace falta sangre!? La última vez fue mi hijo, ¡esta vez es mi madre! ¿¡Están atacándome deliberadamente!?”.

Ella le preguntó a la enfermera. La enfermera bajó la cabeza. Sus ojos estaban rojos y ella no se atrevió a decir una sola palabra mientras la regañaban.

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