Esposa Pecadora romance Capítulo 203

La tez de Tanner palideció mientras señalaba con un dedo a Madeline que se estaba lavando las manos. Conmocionado, se arrastró desde el suelo con una mano en la pared pues sus fuerzas parecían haber desaparecido de sus piernas.

Era la primera vez que participaba en una celebración de tan alto nivel. Por ello, había bebido una buena cantidad para aprovechar al máximo la situación.

Bajo los efectos del alcohol, la encantadora sonrisa de Madeline flotaba en su visión. Su rostro se duplicó cuando las figuras comenzaron a acercarse a él. No podía respirar.

Demasiado asustado para mirarla a los ojos, empezó a tartamudear y a murmurar.

"¡Madeline Crawford! ¿Por qué no me dejas en paz? ¡La persona que buscas es Meredith! ¡No a mí!".

Al ver a Tanner temblar de miedo ante ella, Madeline se acercó haciendo un chasquido con sus tacones y sonriendo con sus labios curvados.

"¿Me preguntas por qué el espíritu de Madeline te persigue? Estoy segura de que sabes exactamente por qué".

"¡Ah!". Tanner se precipitó al baño masculino, aterrado. "¡No lo sé! ¡No sé nada en absoluto! ¡Encuentra a Meredith si quieres vengarte! ¡Déjame en paz! ¡Vete!".

Él murmuró con el corazón acelerado por el miedo.

Al cabo de un rato, los sonidos de la actividad desaparecieron en el exterior. Tanner dio un paso tentativo sólo para darse cuenta de que no había nadie en absoluto.

Eso alimentó su miedo. Abrió el grifo para lavarse la cara con la esperanza de despejarse, pero por mucho que se salpicara, la imagen de la sonrisa de Madeline, que le hacía reflexionar, seguía resonando en su mente…

Madeline volvió al salón de baile. El ambiente se había animado mucho y los invitados empezaron a beber y a cenar, disfrutando de la comida mientras charlaban entre ellos.

Cuando sus ojos se posaron en el viejo amo Whitman, Madeline contuvo el abrumador impulso de saludarlo, pues sabía que la impulsividad no le haría ningún bien.

Meredith estaba frustrada y enfadada ahora que sus planes se habían arruinado. Tenía ganas de rabiar y desahogarse, pero este era un escenario en el que tenía que seguir actuando como una mujer amable y gentil.

Las palabras perfectas para meter a Madeline en problemas se formaron en la mente de Meredith ahora que la otra había vuelto. Vio cómo Jeremy se acercaba a Madeline y se inclinaba coquetamente para susurrarle al oído.

Después de eso, vio cómo Jeremy levantaba un brazo para que ella lo cogiera por voluntad propia y Madeline realmente enlazó los brazos.

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