—Yo voy a cuidarte, Val —dijo Lucius e intentó tomar su mano, pero ella se alejó, sentía un recelo terrible contra ese hombre
—Quiero estar sola, Lucius.
—¿Desconfías de mí? —preguntó, pero ella ni siquiera lo miró
—Quiero estar sola.
—Lo sé, pero debes recordarlo, Val, solo estoy aquí para cumplir con mi promesa de cuidarte, tu padre me lo pidió, así debe ser.
—¿Y por qué mi padre no te dejó a ti como mi albacea? ¿Por qué me dejó con los Brighton?
Lucius la miró bien, su gesto parecía dulce y tierno, y a la vez siniestro
—Porque no estaba en el país y porque… estuve preso —dijo tomando asiento, ella le miró atormentada, y se sentó frente a él
—¿Preso?
—Sí —él le mostró un recorte de periódico, fechado veintitrés años atrás, ella leyó con atención; la nota hablaba sobre Molly Garden, y un hombre que la defendió antes de ser abusada, pero el atacante fue asesinado, ella abrió ojos enormes, era su madre.
—¿Tú…?
—Sí, fui a la cárcel por salvar a Molly, cuando un desgraciado quiso atacarla, por eso no estuve cerca de ti, mi condena fue por diez años, luego volví, pero tú ya habías nacido, y no era buena compañía un ex convicto.
Ella le miró impactada, ahora Lucius ante sus ojos, pese a ser alguien tenebroso, también era el salvador de su madre
—Gracias, Lucius, gracias por salvar a mamá.
Lucius la miró con una sorpresa tajante
—¿Sabes? Nadie nunca me dio las gracias, quiero decir, nunca pude hablar con tu madre al respecto, era algo que le dolía mucho, pero siento que ese agradecimiento también viene de ella, debes saberlo, yo hubiera matado mil veces por ella, y ahora lo haré por ti también.
Sus palabras no fueron las más tranquilizantes, pero, Valentina sintió que desde la primera vez que lo conoció, hasta ahora, por fin le parecía alguien familiar.
Diana Brighton estaba sentada en aquella comisaria de pueblo, sabía que la sentencia de Laura no había prosperado y que Charlie retiró la demanda, llegando a un acuerdo con ella, Laura la miró con ojos enormes, incrédula de verla frente a ella
—¿Qué hace aquí? —exclamó
—¿Creíste que podrías burlarte de mi hijo y salir bien librada?
Laura le miró con rabia
—Está feliz, ¿Verdad? Usted nunca me quiso, quería que Scott se quedara con Valentina desde siempre, debería avergonzarse de cómo nos destruyó.
—¿Eso te lo dices para calmar tu conciencia? Tú nunca me gustaste para mi hijo, sabía que había algo en ti, algo que era asqueroso, y mírate, no me equivoqué —dijo mirándola con furia, Diana se levantó dispuesta a irse
—¡Estoy esperando un hijo de Scott! —exclamó
Diana que estaba de espaldas tuvo que detenerse, y volvió la mirada incrédula ante ella
—¡Mientes! Si esperas un hijo es de tu maldito amante, ese hijo no es de mi Scott.
—Piense lo que quiera, pero le aseguro algo, mi hijo es de Scott, y siempre vivirá con la duda, ¿Acaso podrá soportar sabiendo que un nieto Brighton viva lejos de la familia, lejos de su padre? —exclamó
Diana sonrió con mofa
—Querida, tú no sabes las cosas que yo he tenido que soportar, si ese hijo es de Scott, preferiría mil veces que no naciera a que fuera también hijo tuyo, ahora solo te irás con Charlie, si tienes a ese hijo, él se hará cargo, como debe ser, pero nunca vuelvas con Scott, o te juro que terminarás peor que ahora —sentenció Diana, Laura esperaba que la mujer fuera compasiva, que a su edad quisiera ser abuela, y que creyera que el niño era de Scott, pero en cambio la frialdad que vio en sus ojos le dio pavor, y supo que estaba perdida, pues volvería a las manos de Charlie.
Al día siguiente, Valentina recibió al doctor Esteban, él revisó su presión arterial
—Ha mejorado, ahora es perfecta, ¿Cómo te has sentido?
—Estoy bien.
—¿Tomaste tus vitaminas?
—Lo hice.
—¿Un doctor a domicilio? ¡Qué considerado! —las palabras severas de Lucius no le pasaron desapercibidas
—Esteban, te presentó a mi tío.
Lucius arrugó el gesto, pero lo aceptó de mala gana y lo saludó, luego Esteban se fue
—¿Con que tío?
—¿Y qué quieres que explique? Ah, mira, es el sujeto que llena mi cabeza de ideas vengativas, ¿Eso debo decir?
—Lleno tu mente con la verdad, Val, eso es todo, lo quieras aceptar, o no, los Brighton han destruido a tu familia, mira lo que Diana hizo con tus padres, y mira lo que Scott hizo contigo, ¿Acaso él no rompió tu corazón? Te dejó sola, abandonada y embarazada, ¡Es un cobarde!
—Él no sabe que espero un hijo suyo.
—Y será mejor que nunca lo sepa, o si no, tendrá un arma en tu contra, él no dudará en quitarte a tu hijo, para acceder a tu fortuna.
Valentina miró a Lucius con temor, tocando su vientre, sus palabras le daban miedo, y pensó que en realidad el Scott que Lucius describía, no era el mismo hombre que había dormido durante seis meses en su cama, ni el hombre que ella había amado desde que tenía quince años, parecía un monstruo, que ella jamás conoció, porque en su mente, Scott era un hombre bueno, tierno, considerado y generoso, el hombre que amó y aunque quisiera negar, seguía amando.
Lucius se fue al cabo de un rato, Valentina se quedó sola en su apartamento, ella tomó el álbum familiar y observó las fotografías, ahí también pudo ver fotos de su boda con Scott, que feliz estaba aquel día, pensó si Scott sería igual de feliz al lado de Laura, ahora estaba convencida de que ya se habían casado
—Seguro de que es feliz, más feliz de lo que fue conmigo —ese pensamiento le dolió, observó las fotos, en ninguna Scott estaba feliz, era injusto, claro, él nunca la amó, y ella no entendía porque su esfuerzo nunca rindió frutos, todo lo que ella intentó hacerlo feliz, pero nada valió la pena
—Di todo de mí, di amor por los dos, y al final, no tuvo compasión, me dejó cuando más lo amaba, y ahora solo nos une un bebé, mi hijo merece un padre, pero… ¿De qué sirve? Scott tiene a Laura, no puedo ir y arruinar sus planes, y si Lucius tiene razón, si él solo estuvo conmigo por el dinero, ¿No sería lo peor que me pasaría? Mi cabeza es una confusión constante, mi alma está cansada, Scott, ¿Por qué no me amaste? Solo quise hacerte feliz, pero, amarte fue un infierno, el peor de mis tormentos, y sin embargo un solo beso tuyo era como la cura de todos mis males, ahora tengo una vida que nos une, y tenemos un mar que nos separa, ¿Acaso me recuerdas? ¿Alguna vez piensas en mí?
Lejos de ahí, Scott observaba el anochecer desde su ventana, observaba las estrellas brillar en un cielo azul marino, debía volver a casa, pero sentía que ningún camino que conducía lo llevaría ahí
POV SCOTT
«Soy un traidor y esa es mi realidad, Valentina, te traicioné, cambié el oro del mundo por vil basura, y lo lamento, no importa cuan arrepentido diga que estoy, porque no cambiará nada, no volverás a mí, no volverás a amarme, y sería injusto para ti que yo lo pidiera, no, Val, no mereces ser el premio de consolación de un perdedor como yo, lo entendí muy tarde, tú mereces el sol brillando en tu cielo azul, mereces la gloria, porque tú eres valiosa, pero entre mis manos solo fuiste azul tristeza, estoy arrepentido, todas las veces que piense en ti, siempre anhelaré tu regreso, y luego pensaré en esta noche, y entenderé que debo dejarte ir, porque mereces a alguien mejor que yo, fue tarde para mí, casi fue un gran amor, pero, casi nunca fue suficiente, perdóname, Valentina, yo me quedaré aquí, como un fantasma de tu pasado, que siempre querrá que vuelvas a él, pero tú eres brisa fresca que siempre soplará al paraíso»
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