Falso Amor Del Italiano romance Capítulo 16

BRENTT

La nana que cuida de mis hijos es una de las mujeres más letales y peligrosas de la mafia italiana, es a lo que solemos llamar una Husall, una mujer que nació para asesinar, son entrenadas desde muy pequeñas para matar a todo aquel que se quiera acercar a la persona a la que son designadas, en este caso mis hijos, incluso dan su vida por ellos y no tienen permitido a morir en ninguna circunstancia, hasta que mantengan con vida a sus amos.

Conocen mejor que nadie este mundo, su diario personal es el libro negro, donde están los nombres de todos los mafiosos de cualquier organización que tenga el perfil más asesino, los estudian para al crecer, si estos intentan matar a sus dueños, estar conscientes de sus habilidades y tomar ventaja si se presenta la ocasión de una batalla.

Es por ello que le confío a mis hijos, ella sube a los bebés, dos hombres ayudan con el equipaje, hace dos horas que llegamos a la que será casa de ellos y de su madre por un tiempo. Le he mostrado a Lynette todo lo que necesita saber, no he expuesto información que nos vaya a ocasionar problemas, tampoco uso esto como un distractor, y aunque solo nosotros, mi padre, el consejero y su hija Yara, viviremos aquí, tiene que tomar en cuenta el nivel de peligro en el que se encuentra.

Ella observa la construcción con sus enormes ojos de muñeca, mantiene las manos ocupadas con un pedazo de liga con el que juguetea cuando está nerviosa.

—¿Te gusta? —arguyo.

Lynette parece salir de su estado absorto del mundo, me mira y encoge los hombros.

—Es grande —se limita a responder.

La detallo, ciertamente es una mujer hermosa, hasta ahora, no la había visto bien, no me he detenido a observar esos detalles banales. Sus labios rosados son como un puchero que se necesita ser probado para comprobar que son reales, y no la ilusión masculina basada en el deseo carnal. Lo cierto es que es imposible no verla y no recordar su cuerpo desnudo.

—Aquí es donde viviremos de ahora en adelante —afirmo.

—Entiendo, es parte del trato, solo pido que mis hijos no salgan heridos en esto.

—No lo permitiría —refuto.

—Lo sé.

Hijos… esa pequeña parte de un sueño que ahora es realidad, un sueño compartido.

—Bien, te mostraré tu habitación —subo las escaleras esperando a que ella me siga.

Lo hace, ciertamente me mira con el ceño fruncido, luego parece metida en su mundo, ya no observa nada, más que sus pies al dar cada paso, debo admitir que me siento ansioso por descubrir sus secretos, esta noche se va a comunicar conmigo uno de mis investigadores privados, a quien le ordené investigar todo sobre ella, su pasado, desde que cumplió dos años, de ser necesario.

—Aquí es —le digo abriendo las puertas—. Es espaciosa y al lado está la habitación de nuestros hijos.

Lynette observa todo sin emoción, asiente y encuentra sus maletas sobre la cama. Lo que me recuerda que tengo cosas que hacer. No tengo tiempo para esto.

—Nos vemos mañana.

Es todo lo que le digo antes de salir de la habitación e ir a la mía, la cual, se encuentra en el piso de arriba al fondo, pedí que nuestras habitaciones fueran separadas porque no quiero tener nada que ver con esa mujer, la única unión que tendremos, son los gemelos.

Entro a mi alcoba con la intención de descansar un poco, cuando me doy cuenta de que Yara se encuentra sobre mi cama, con un atuendo de conejita de playboy, su cabello pelirrojo está suelto y su maquillaje exagerado la hace ver como a una puta, y no como a una mujer de la organización.

—Por fin llegas —ronronea.

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