Falso Amor Del Italiano romance Capítulo 18

LYNETTE

Clavo las uñas sobre el cuero del sofá, encendí las luces para que de esa forma pudiera reconocer el sitio, se trata de una biblioteca, una en la que todos los libros parecen ser más viejos que la construcción. Intento respirar hondo, hago un conteo mental de los daños, de cada cosa hasta que por fin, logro tranquilizarme. Los latidos de mi corazón se estabilizan y me parece que todo vuelve a la normalidad.

Me pongo de pie, las piernas ya me reaccionan, camino de un lado y ahora comienzo a pensar que debo de estar demente, bailé, no solo con el Capo de la mafia italiana, sino, que permití que me besara frente a todos quienes lo adoran. Debo estar mal de la cabeza, y ahora me ha encerrado aquí, sin razón alguna, ha pasado una hora y nadie se ha atrevido a venir, odio estar en un sitio donde no pueda tener toda la libertad que necesito.

Pensar en el beso que nos dimos, tampoco me ayuda mucho, y es por ello que comienzo a ver los enormes tomos de libros que guardan ahí, dándome cuenta de que al final, todo se trata de historia del país, economía, cosas que son más aburridas que nada en el mundo, al menos para una persona como yo, sí lo es.

Hago un nuevo intento por asomarme por la ventana, cuando escucho el clic de la puerta, rápido volteo a ver de qué se trata, sigue cerrada, solo que esta vez espero a que alguien entre, no pasa nada, camino con pies de plomo hacia ahí, con temor, toco la perilla de la puerta hasta que esta se abre.

Por un solo segundo creo que me encontraré con uno de los hombres de Brentt, no es así, me encuentro sola. Trato de mantener la calma, salgo temerosa, alisando la falda de mi vestido, sé que me estoy arriesgando, solo intento salir de este sitio sin que nadie me vea, tomar un taxi e irme a casa con mis hijos, así que sin saber qué rumbo tomar, me dirijo rápidamente hacia el final del corredor, él cual tiene un par de escaleras que van hacia abajo, no recuerdo por donde vinimos, debido a que Brentt me llevaba casi arrastrando.

Cuando por fin llego al final, me encuentro rodeada de un nuevo corredor lleno de habitaciones, solo que estas son de metal, al mero estilo medieval, trago duro, camino con la intención de no hacer un ruido, no obstante, es imposible ya que debido a los tacones altos que me vi obligada a usar, el ruido hace eco al final, me los quito y camino descalza.

Esto se ve tan mal por donde se mire. Estoy a un solo segundo de darme la vuelta y de volver por donde vine, hasta que al fondo escucho ruido de risas y alguien lo nombra.

—¡Brentt White, ha ganado de nuevo!

Aplausos y risas femeninas me dan el impulso. No obstante, parece ser que mis piernas se niegan a hacerme caso, ya que enseguida, me acerco hasta la puerta de donde proviene el ruido. Para mi mala suerte, se encuentra entreabierta, es que ni siquiera hace falta que haga un gran esfuerzo por localizarlo.

El problema es que al verlo, el ácido se sube a mi garganta, porque está rodeado de muchos mafiosos, uno de ellos, Ares, su padre, juegan cartas, beben y fuman, eso no es lo que me descoloca, sino, el hecho de que en sus piernas tenga a nada más y nada menos que a Yara, la mujer con la que se supone debía estar casado.

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