Falso Amor Del Italiano romance Capítulo 20

NARRADOR OMNISCIENTE

Bajo el cielo estrellado, la densa neblina a causa de la helada, cubre las calles en donde él se encuentra en su estudio, un cuarto cubierto de fotos de la familia White, añadiendo tres más a la colección, las fotos de Lynette Finn, y sus hijos, se añade junto a la lista con sus nombres completos. Piensa detenidamente en los pasos que está por tomar, no va a ser cosa sencilla, pero sabe que es la única manera de hacerlo, quisiera que fuera de otro modo, uno en donde nadie salga lastimado, pero sabe que cuando se trata de una guerra entre mafias, no perdonan, e incluso si se trata de que la sangre derramada venga de inocentes criaturas que tiene como único pecado, tener como padre al líder de una de las organizaciones más violentas de todos los tiempos.

—Falta poco —se dice a sí mismo bajo la luz de lámpara que hace que se le ensombrezca más el rostro.

Clava su mirada en una foto en específico, una, donde está Lynette arrullando a sus dos pequeños, uno en cada brazo, ella sonríe como si estuviera presenciando la cosa más hermosa del mundo, sus ojos hacen contraste con su largo cabello rubio, es hermosa, lo puede notar incluso en fotos, y le parece que Brentt White, no se ha dado cuenta del tesoro que tiene, debido a su sed de venganza.

Sus planes pueden ser desconocidos para todos, incluso para su propia organización, pero jamás para él, lleva años pisando sus talones, observando desde las sombras cada uno de sus movimientos, siendo un espectador fantasma, y no piensa cometer un error, ha recurrido incluso a hacer cosas de las que no estaría nada orgulloso por el hecho de que van contra su moral, contra los valores con los que creció.

Pasa las siguientes fotos, muchas de todos los que entran y salen de la fortaleza italiana más asegurada que puede haber, incluso de los miembros que forman parte de la orden y de la cosa nostra. Llegando a la foto de…

—Zair Kaegan.

Observa al personaje que se le presenta como uno de los mejores médicos del hospital general central en Estados Unidos. Coloca la foto al lado de la carpeta con su archivo, tiene todo lo que se puede investigar de él, aunque en el fondo, bien sabe que solo hay lo que él permite que vean otros, y es que nadie dentro del mundo de las mafias que tenga cerebro, contaría toda su vida a los cuatro vientos, mucho menos dejaría que sus secretos estuvieran expuestos.

Guarda la carpeta en uno de los cajones al final de su cómoda de noche, se pone de pie, toma entre sus manos la foto de Lynette, una en donde está en su época de preparatoria, se veía tan hermosa, que sin duda era su favorita de todas las fotos de colección, la cuelga en su muro, colocando una tachuela sobre ella. Mirando sin pestañear, lamiendo sus labios con parsimonia, sintiendo cómo su corazón late con fuerza.

—Pronto, Lynette, pronto se sabrá tu oscuro secreto.

Y mientras se dormía pensando en cuál seguiría siendo su siguiente paso, al otro lado del mundo, bajo el subterráneo, dentro de una de las catedrales más antiguas de toda Italia, se encontraba Ares White, con una capa con capucha que cubría su rostro, color rojo sangre que le llegaba hasta el suelo, apenas y se le podían ver los pies mientras caminaba descalzo por un camino de piedras calientes que llegaba hasta una mesa de centro, La zona estaba rodeada de todos los más altos miembros de la orden, una de las ramas más antiguas de la mafia italiana.

La misma que domina bajo las sombras todo, se trataba de su ritual de iniciación, uno en el que se llevaría a cabo después de la fiesta a la que asistió, todos con una antorcha en la mano, delante de él, se encontraba el miembro más viejo, quien en cuanto Ares llegó, y como ex Capo de la mafia, le rindió por respeto, una breve inclinación de cabeza.