Heredero de un multimillonario romance Capítulo 30

- Ahora que estás conmigo, tienes que parecer digno. ¡Y no llevarás nada barato! A partir de ahora, irás a las boutiques y te pondrás sólo lo que yo elija para ti.

Casi con rabia, le dije.

No me gusta que me crucen.

- Porque eres mía, Jana. MÍO. Durante nueve meses enteros.

Le recordó con una entonación firme y dominante, llena de acero. La gente me teme. Me respetan. Si les hablas con ese tono de voz.

Y la chica se estremeció un poco, pero hubo un destello de admiración en sus ojos azules. Como si ella misma lo quisiera. Ser mío. Todo mío. Completamente. Desde el final de su pelo hasta el final de sus uñas. Pero tiene miedo de admitir sus fantasías secretas y sucias... ¡Tiene un temperamento! Y eso la hace aún más sexy.

- Muy bien, Karim, ¡vamos, vamos! Pisa a fondo. ¿Por qué nos arrastramos como tortugas?

- Sí, señor.

El motor rugió y el todoterreno empezó a acelerar.

Exhalé profundamente con las manos detrás de la cabeza.

Había unos veinte minutos hasta el centro, así que pude relajarme un poco.

Qué día el de hoy.

Estaba a punto de soltar los nudillos, de cambiar mi atención, cuando de repente sentí que me ardía la mejilla. Me toqué con el dedo el punto que me molestaba y busqué una tirita.

Y las asociaciones volvieron a pasar por mi mente, la forma en que Jana había cuidado de mí. Con qué cuidado, con especial reverencia, me tocó la mejilla, temblando por todo el pequeño rasguño, como si fuera una herida de cuchillo, y no me quedara más que un minuto de vida.

Su bonito rostro rebosaba de emoción. ¿Y el tacto? ¡Mmm! Ligero, aireado. Todo lo que hay dentro se derrite. Sus dedos son suaves plumas. Me pasa los dedos por la piel y eso alivia instantáneamente el dolor. Mejor que cualquier analgésico.

Increíble. ¡Es increíble!

Casi tuve un orgasmo.

Un tipo de orgasmo diferente... Uno con alma.

Una chica amable.

Con un gran corazón y un alma pura.

¡PERO!

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