Heredero de un multimillonario romance Capítulo 156

El helicóptero aterriza suavemente en una plataforma cerca del embarcadero. ¡Estoy en una isla! Me estoy volviendo loca de ilusión, ¡me he pasado casi todo el día esperando ansiosamente estar con mi bebé! Llevo días y noches soñando con su trasero... Hoy, ahora mismo, ¡por fin voy a conseguirlo! Jana está lo suficientemente preparada para estos atrevidos experimentos. Estoy seguro de que ella misma quiere tomar mi gran polla con su estrella virgen.

¡Ah! Qué hambre tengo, hasta el punto de ser un poco inadecuado. Mis pelotas están hinchadas, mi polla está rompiendo mis bragas, la impresionante imagen de Jana tumbada en la cama, con las piernas abiertas, mimando su agujero inferior con un corcho una y otra vez delante de mí, como en rebobinado.

Entonces, ¡me dio un espectáculo impresionante! Me masturbé como un enamorado, admirando desde la pantalla de mi teléfono cómo se acariciaba, hundiendo la punta del tapón en su orificio anal y gimiendo dulcemente, mordiéndose los labios con sangre. Nunca había visto una imagen más depravada. En lugar de un corcho me imaginé mi polla... ¡Sueño con follar a Jana suavemente en ambos agujeros! De uno en uno. ¡La llevaré a un orgasmo tan loco que se volverá loca!

Salgo del helicóptero y doy un paso rápido hacia la parte delantera de la casa, mirando las ventanas de los dormitorios. Ojalá estuviera ya desnuda en la cama esperándome ahora... Sería un regalo maravilloso por su parte.

¡El momento tan esperado había llegado! Entro en su habitación, congelado, a punto de estallar en átomos: la chica está cambiando en este momento. Acaba de salir del baño y ahora mismo se está poniendo su fina ropa interior de encaje color crema.

- ¡Cómo he llegado justo a tiempo!

- ¡Damir! - Grita, dándose la vuelta, con una sonrisa brillando en sus hermosos labios, yo le devuelvo la sonrisa con maldad a mi belleza. - Has llegado.

- Deberías haberte puesto bragas, te las voy a arrancar", siseo, quitándome la chaqueta, la camisa y luego los pantalones. Lentamente me muevo hacia ella, más hambriento que un lobo del bosque.

Me desnudo a paso ligero, como un soldado durante una orden de emergencia, me acerco sigilosamente a mi esbelta belleza, la estrecho entre mis brazos. Cubro el cuello de Jana con besos reverentes. La niña tiembla en mis brazos, y no deja de repetir lo contenta que está de verme, cómo me ha echado de menos y cómo adora las sorpresas.

- ¿Está tu culo preparado? ¿Está sediento de caricias? - Deslizo mi mano hasta sus bragas. Deslizo mi dedo entre las mitades de su culo y presiono la rueda dentada.

- Oh... Sí, estoy listo. ¡Te deseo tanto, Damir! ¡Quiero que entres en lo más profundo de mi culo y lo hagas tuyo!

- ¡Mierda!

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