¿Pequeño Huang? Huang Yuming era tan rico y poderoso pero se llamaba a sí mismo pequeño Huang como si fuera un empleaducho? ¿Era una broma? Lin Qiang sintió que los oídos le iban a explotar. Seguro había escuchado mal. Los otros ejecutivos también sentían que sus caras se habían congelado y no podían creer lo que habían oído. Se miraron como preguntándose si estaban alucinando. Pero si todos tenían la misma expresión, ¿eso significaba que todos estaban alucinando?
—Papá —preguntó Lin Feng con un nudo en la garganta—, ¿cómo se llamó el director Huang?
-¡Pequeño Huang! -respondió Lin Qiang abruptamente y de inmediato se calló.
Si Huang Yuming lo hubiera escuchado llamarle así, podría morir. Quería entrar, pero Huang Yuming cerró la puerta tras él.
¡PUM!
Afuera, todos contenían la respiración y tenían la vista fija en la puerta, temerosos, incluso, de respirar muy fuerte. El solo hecho de escuchar al gran director Huang llamarse a sí mismo pequeño Huang hizo que todos en la compañía se paralizaran al instante.
¿Qué rayos estaba sucediendo? ¿Acaso Lin Yuzhen no había conseguido este proyecto porque se acostaba con el director Huang? Sin embargo, al ver cuán respetuoso era Huang Yuming con ella, era seguro que no estaba hablando con una amante. Quizás le tenía más respeto a ella que a su propia madre. Todos estaban impactados y no podían reaccionar.
Mientras tanto, en la oficina, Lin Yuzhen se levantó y caminó hacia él.
-Director Huang, ¿por qué vino en persona?
Ella de verdad no tenía idea porque Lin Qiang no le había dicho. Hasta ahora, esta muchachita ilusa no se había dado cuenta de que Lin Qiang había estado intentando hacerla quedar en ridículo. Huang Yuming se sintió aún más atemorizado cuando Lin Yuzhen pareció
compadecerlo.
—Eh, señorita Lin, no es necesario que haga tanta ceremonia. Por favor, no lo haga, -respondió Huang Yuming con prisa-. Lo justo es que yo vaya hacia usted.
Antes, él no sabía quién era Lin Yuzhen en realidad y se portaba arrogante con ella, incluso tenía pensamientos lascivos. Pero ahora, aunque tuviera el valor de diez mil hombres, no se atrevería a hacer algo así.
Cuando vio que Huang Yuming se portaba tan respetuosamente, quedó sorprendida y no comprendía lo que sucedía. Se volvió para mirar a Jiang Ning. ¿Sería que él tenía algo que ver en esto? Ella se giró, de modo que Huang Yuming lo hizo también y al ver a ese hombre sentado en el sillón, el corazón de este palpitó con fuerza. ¿Quién era?
—Soy su esposo —se presentó Jiang Ning y no dijo nada más.
Huang Yuming tenía el corazón en la garganta. ¿El jefe de su jefe estaba casado? ¿Qué estaba pasando?
No obstante, esto estaba fuera de su alcance. Su única misión era firmar el contrato y acompañar a Lin Yuzhen a la salida.
—Señorita Lin, he venido hoy a firmar el contrato. Si necesita cambiar algún detalle, avíseme y me encargaré.
Aunque ella quisiera llevarse todas las ganancias, Huang Yuming no movería un solo dedo.
-Gracias por apoyarnos, director Huang. Como ya habíamos acordado todos los detalles, nos quedaremos con eso -respondió Lin Yuzhen con alegría. Ella no sabía lo que había pasado, pero si lograba firmar este proyecto, sería más feliz que todos—. Casi lo olvido, el contrato está en el departamento legal. Iré por él ahora mismo.
Lin Yuzhen hizo un gesto para indicarle a Huang Yuming que esperara un poco y comenzó a dirigirse hacia afuera.
—Señorita Lin —Huang Yuming no podía resistirse a preguntar—: ¿Conoce usted al... Hermano Fei?
Lin Yuzhen se detuvo en seco. ¿El Hermano Fei? ¿Quién
sería?
-No -dijo sacudiendo la cabeza.
-Oh -dijo Huang Yuming y luego sonrió -. No es nada. Esperaré aquí a que traiga el contrato.
Lin Yuzhen abrió la puerta y se encontró con un grupo de gente ansiosa esperando con diversas expresiones en su rostro. El rostro de Lin Quiang se mudó por completo. ¿Ya habían terminado?
-Director Lin, ¿dónde está el contrato? -preguntó Lin Yuzhen—. El director Huang ha aceptado firmar.
Por dios, ¡el jefe de su jefe! El Hermano Fei ya era más increíble de lo que se puede expresar. En cinco años, lo había vuelto una de las personas más influyentes en Donghai. Entonces, su jefe... Huang Yuming no se atrevía ni a pensarlo. ¿De dónde salió este dios?
—Mi mujer es una persona amable. Tanto que abusan de ella. Y siempre hay gente tratando de hacerlo. Usted sabe qué hacer con esos idiotas que no saben lo que les conviene, ¿verdad?
-Gran... Gran Jefe, no se preocupe. Usted no tiene que lidiar con fulanos como esos. El Pequeño Huang se encargará.
Huang Yuming dudó un instante pero al final decidió llamarle Gran Jefe. De todos modos, sintió que debía contarle al Hermano Fei, en caso de que lo malentendiera.
Clac...
Se abrió la puerta de la oficina. Jiang Ning volvió a echarse, pero Huang Yuming seguía parado frente a él, ligeramente inclinado y mostrando reverencia.
-Director Huang, tengo el contrato.
Lin Yuzhen se sorprendió al ver esto. Por alguna razón, el director parecía tenerle miedo a Jiang Ning. De inmediato, Huang Yuming volvió a la normalidad y sonrió:
-Señorita Lin, hice buenas migas con el señor Jiang. Hablamos un rato.
Luego avanzó, tomó el contrato y lo firmó sin siquiera revisarlo.
-Cuento con que usted se encargue de este proyecto. Si necesita algo, llámeme -dijo Huang Yuming.
Se despidió de Jiang Ning con un gesto y salió. Jiang Ning ni siquiera movió un párpado. Huang Yuming salió de la oficina de Lin Yuzhen y exhaló con fuerza, como si le hubieran quitado un enorme peso de encima. Esto no pasó desapercibido ante los ojos de Lin Qiang y los demás.
-Director Huang... -comenzó a decir.
—Director Lin, ya firmé el contrato de este proyecto, así que debo decírselo. Solamente la señorita Lin debe hacerse cargo de esto, de otra manera, tendré que rescindirlo. -Huang Yuming había vuelto a su personalidad dominante e inflexible-. Además -miró al directivo que antes había abierto la puerta y había menospreciado a Lin Yuzhen-, creo que será mejor si los Lin se deshacen de idiotas como este de aquí.
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