No estaba seguro de si ella estaba haciendo alarde de sus encantos o si se refería a otra cosa. Yu Fang le lanzó una mirada y se dio cuenta de que Xu Ruyun estaba intentando seducirlo. Pero a él no le interesaba ese tipo de mujer. Ella era sucia.
-Haz lo necesario para llevarlo a cabo como se debe y me aseguraré de que obtengas la remuneración que te prometí -respondió él con calma.
Conseguir a alguien como Xu Ruyun para este trabajo era perfecto. Alguien como Gao Yong sencillamente no podría resistir la carnada. Una vez que tuvieran el proyecto en sus manos, el Grupo Lin sufriría enormes pérdidas. Además, iban a perder su credibilidad por retractarse de su promesa. Ya se habían comprometido con el Grupo Shanshan y ahora de repente iban a faltar a su palabra. Así que el Grupo Shanshan se molestaría y otras compañías de Shengcheng tendrían dudas sobre la integridad del Grupo Lin al trabajar con ellos.
En el mundo de los negocios, sólo se necesitaba un resbalón para destruir a una compañía que apenas estuviera comenzando. La familia Lin podía prepararse para caer antes de siquiera haberse levantado.
-La, la, la... -Xu Ruyun sonrió mientras se acercaba a Yu Fang y el olor del perfume de ella le llegó de golpe a la nariz-. Joven amo Yu, además del dinero, lo que realmente quiero es destruir a Lin Yuzhen. Sus ojos se curvearon mientras sonreía-. He hecho tan buen trabajo, ¿no hay algo con lo que me pueda recompensar?
Yu Fang se levantó y su rostro se mantuvo tranquilo.
-No sea tan codiciosa, podría ahogarse.
Luego salió del cuarto y se preparó para su siguiente movida. Quería destruir al Grupo Lin de un solo golpe. Xu Ruyun resopló mientras veía a Yu Fang salir. Estaba harta de esos hombres que no parecían entender a qué se refería. Se miró la ropa y pensó si debía haberse desabrochado un botón más.
-Bah, olvídalo. Primero Gao Yong. Siempre habrá otra oportunidad de conseguir al joven amo Yu.
Confiaba mucho en sus habilidades. Después de reservar el cuarto de hotel, Xu Ruyun se fue con el contrato que había preparado meticulosamente. Era un contrato lleno de problemas. Estaba segura de que Gao Yong no lo revisaría con atención porque, para entonces, sólo estaría viendo el cuerpo de ella.
Gao Yong fue en auto al hotel. «Habitación 1204», era el mensaje de Xu Ruyun. Se relamió los labios y se le comenzó a mover la manzana de Adán. Sintió que ese sencillo mensaje de texto parecía tener voz propia. Podía imaginar el tono coqueto de Xu Ruyun al decirlo.
Se subió de inmediato al elevador y corrió al cuarto 1204, intentando adivinar qué clase de sorpresa le tenía Xu Ruyun.
¡DING DONG! Gao Yong tocó el botón cuando llegó a la puerta.
—¡Aquí estoy, cariño!
La puerta se abrió. Se encontró con el encantador rostro de Xu Ruyun. Gao Yong se acercó sin demora y abrazó a Xu Ruyun, que sólo traía puesta lencería sexy de seda. Él cerró la puerta y podía sentir que le hervía la sangre en todo el cuerpo.
Se oyó una voz desde afuera.
-Vine a entregar un vino tinto.
A Gao Yong le dio un vuelco el corazón. ¿Esa era la sorpresa? Ella de verdad sabía cómo ambientar el asunto. Corrió a abrir la puerta con una sonrisa picara. Un empleado del hotel estaba parando en la puerta, sonriendo. Llevaba una bandeja con una botella de vino tino, dos copas y un sobre.
-Démelo.
Gao Yong tomó la bandeja y cerró la puerta de nuevo. De inmediato abrió el vino para dejarlo respirar, luego sirvió las copas y esperó. Vio que también había un sobre y sintió curiosidad. ¿Por qué había una carta? ¿Sería una carta de amor? Esta gerente Xu de verdad tenía muchas cartas bajo la manga. Esta clase de sorpresa era muy interesante y romántica. Él nunca había hecho algo así.
Gao Yong se asomó y podía escuchar el fuerte ruido de la ducha, así que Xu Ruyun probablemente no supo que alguien había llevado cosas a la habitación. Abrió el sobre y comenzó a leerlo en la cama.
Desde el inicio del documento, su expresión se volvió extraña. Siguió leyendo y se puso pálido. Arrugó el papel en las manos y tembló violentamente.
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