Héroe Retrasado romance Capítulo 199

—¡Sí, Gran jefe!

El hermano Gou y el resto gritaron con exaltación.

Los ojos de todos brillaban con fiereza, como una jauría de lobos feroces en la noche.

¡Sss! ¡Sss! ¡Sss!

Zhang Cheng y el resto estaban más furiosos cuando vieron cómo el hermano Gou y los demás se atrevieron a contraatacar. Treinta contra trescientos era algo muy atrevido y demostraba mucha confianza.

-¡Mátenlos! -Los jefes gritaron en unísono y no se molestaron en ser amables—. ¡Que no quede nadie vivo!

En ese momento, los rugidos llenaron el cielo nocturno mientras trescientos hombres extraños alzaban sus bates y palos corriendo hacia el hermano Gou y los demás. Lo que no sabían era que esos lobos estaban más entusiasmados que todos ellos.

¡BUM!

Apenas hubo tiempo de ver el rostro del hermano Gou.

Lanzó un puñetazo tan rápido como un relámpago. Para él, los que se posaban de frente eran estatuas y le fue mucho más fácil de golpear en comparación a las vigas de madera móviles en su centro de entrenamiento en el campo.

¡PUM! Sus golpes eran fuertes y mandaba a los sujetos volando hasta nueve metros, lo cual era demasiado escalofriante, pero el hermano Gou se exaltó incluso más.

—¡Hermanos, mátenlos a todos!

¡AUUU! Era como si una manada de lobos se hubiera lanzado sobre un rebaño de ovejas. Los treinta hombres habían alcanzado su clímax de entusiasmo. El número tres había llegado tarde por conducir a Lin Wen y estaba muy emocionado de unirse a la diversión.

¡PUM! ¡PUM! ¡PUM!

Fue imposible pelear contra esos puños de acero. Todos estaban llenos de fuerza y no mostraron piedad. Eran demasiado rápidos y feroces, y habían sobrepasado al otro bando en fuerza, velocidad y agilidad. En el momento en que empezaron, Zhang Cheng y los otros jefes se dieron cuenta de que algo no estaba bien.

—¡AAAH!

—¡Mi brazo!

-¡Ayuda!

Los obstáculos parecieron cambiar en un instante.

Al instante, Lin Wu yacía en el suelo. Sus extremidades apenas se habían aliviado y fueron fracturadas por el hermano Gou de nuevo. Fue arrojado al suelo como si fuera un perro muerto y ahí se quedó aullando con miseria.

Jiang Ning continuó recargado en la puerta. Una ráfaga de viento pasó y la ceniza de su cigarrillo desapareció. Entrecerró sus ojos y miró su reloj.

—Han pasado cinco minutos.

El hermano Gou y el resto enfurecieron al escucharlo. Habían pasado cinco minutos ya y aún no acababan con todos estos bastardos.

¡AUUUUU!

De pronto se volvieron más salvajes que antes. Después, todo lo que pudo escucharse fue una serie de gritos espeluznantes, hombres gritando por sus padres, rogando por piedad e intentando escapar...

Cuando Jiang Ning terminó de fumar su cigarrillo, no había nadie de pie en la carretera excepto el hermano Gou y los otros lobos.

Todos los jefes con Zhang Cheng estaban tirados y temblando en el suelo. Nunca habían visto a gente tan aterradora en su vida.

Donghai era demasiado aterrador. ¿Cómo llegaron a intimidar de esa manera?