Ninguno de los proveedores se atrevió a seguir hablando. La joven ama Yang era algo impredecible y daba bastante miedo. Se quedaron parados ahí con nervios. Querían mirar ese par de largas y encantadoras piernas pero no se atrevían. De cuando en cuando les robaban una mirada pero luego volvían la vista hacia el piso.
―Suficiente. Ya que quieren trabajar para la familia Yang, estaré dispuesta siempre y cuando me sean útiles. Por el momento, necesitaré considerar algunas cosas. O más bien, necesitaré ir a Tianhai a ver algunas cosas.
―Claro que sí. Es lo debido. Estamos más que felices de que la joven señora Yang venga y eche un vistazo. Nos iremos de vuelta a prepararnos. Será bienvenida cuando sea.
Todos asintieron de prisa y hablaron muy educadamente.
―Estaré ahí mañana.
Yang Xiao hizo un ademán y ellos se fueron del salón. No se atrevieron a demorarla. Ella siguió recostada tranquilamente en el sillón. Su cuerpo voluptuoso en verdad hacía que a uno le hirviera la sangre.
―¿Cómo puede ser una mujer tan débil? ¿En serio se casó con un indigente? Qué desgracia para las mujeres ―espetó con descontento―. Si ella no se atreve a matarlo, yo la ayudaré.
Odiaba ver que obligaran a las mujeres a hacer cosas que no querían o que las humillaran, y ni hablar de ese tipo de matrimonio por la fuerza con alguien que ni siquiera le gustaba a la mujer. Probablemente, Lin Yuzhen ni siquiera había visto a ese hombre antes de casarse.
―¡Hombres! ―llamó Yang Xiao y varios entraron caminando―. Díganle a Yan Chong que quiero que dos tigres me acompañen a Tianhai.
―Jefa, no hace mucho hubo una conmoción bastante fuerte en Tianhai y podría ser peligroso. ¿Quiere que eche un vistazo primero?
―No es necesario ―se rio ella con frialdad―. Iré para agradecer a alguien, ¿por qué me recibirían con cuchillos?
Se levantó del sillón con un giro y el pijama que llevaba puesto se deslizó por su cuerpo, revelando su figura curvilínea. Aunque sus subordinados sabían que era una mujer de mente muy abierta, aún no estaban acostumbrados y se fueron corriendo de la habitación.
―Hum, me pregunto qué cara pondrá Yang Dong en cuanto se entere de que su preciado hijo está muerto?
Lin Yuzhen asintió.
―Entonces puedes acompañarme al jacuzzi.
Tomó su bolso y salió con Xiaozhao. Apenas habían salido del edificio cuando una Hummer se detuvo justo frente a ellas. Se abrió la puerta del vehículo y bajó una dama alta y con expresión helada. Su belleza era arrebatadora. Incluso una mujer hermosa como Lin Yuzhen se impresionó al ver a Yang Xiao. ¿Podía existir una mujer tan bella?
―¿Tú eres Lin Yuzhen?
Yang Xiao notó que Lin Yuzhen la miraba, así que ella también la miró de arriba abajo. Era una chica tan pura e inocente y se veía tan débil y fácil de fastidiar. Después de que Lin Yuzhen asintiera, Yang Xiao fue directo al grano.
―¿Dónde está ese indigente que se apoderó de tu vida? Te ayudaré a matarlo.
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