Héroe Retrasado romance Capítulo 349

Jiang Ning no permitiría que la seguridad de Lin Yuzhen corriera el mínimo riesgo. En especial en Tianhai. Era un lugar que estaba completamente bajo su control. De repente, Jiang Ning sintió que había sido demasiado piadoso al no llevar una guerra implacable a la ciudad.

―Yang Xiao está haciendo una inspección en una fábrica como pretexto. Llevó a dos peleadores con ella, dos de los cinco famosos tigres de Jianzhou. Tigre de Montaña y Tigre Cazador son dos peleadores muy poderosos.

Esa era la información del mayordomo Zhao. Huang Yuming llevó a diez lobos y no planeaba dejar a ninguno atrás. Los otros estaban ahí para atacar a Jiang Ning y a Lin Yuzhen. No debían omitir esos peligros ocultos.

Jiang Ning iba sentado en el auto y entrecerró los ojos.

―Detente.

―¿Qué me detenga? ―Huang Yuming estaba sorprendido.

―Ustedes pueden ir a rodear a esos dos peleadores. Si no pueden con ellos, déjenlos ir ―respondió Jiang Ning―. Yo me bajaré aquí.

Huang Yuming entendió de inmediato.

―Sí, gran jefe.

El auto de detuvo y Jiang Ning se bajó de un salto mientras Huang Yuming y los demás se dirigieron a su destino. Jiang Ning encendió un cigarro y un destello feroz cruzó sus ojos.

―Más vale que esa loca no haya venido a buscarse la muerte.

Luego desapareció sin dejar rastro.

Delong Production era una de las empresas que habían traicionado al Grupo Lin. En cuanto el jefe se enteró de que Yang Xiao iba a inspeccionar su fábrica, se puso nervioso y emocionado a la vez. Mientras pudiera caerle bien a Yang Xiao, incluso perder la fábrica de Shengcheng valdría la pena.

Había conseguido que alguien investigara quién era Yang Xiao en realidad y no fue difícil conseguir información. Yang Luolin había desaparecido, así que el siguiente heredero de la familia Yang probablemente era Yang Xiao. Además ella misma tenía una experiencia tremendamente poderosa. Era un barco enorme.

―¡Apresúrense, todos! Prepárense. La persona que hará la inspección hoy es alguien muy importante ―gritó Liu Fei a todo pulmón―. Expandir la fábrica y conseguirse un mejor sueldo dependerá de ustedes. Asegúrense de que confíe y crea que nuestra fábrica puede traerle ganancias. Así nos necesitará e invertirá en nosotros, ¿me entienden?

Sus palabras sonaban muy fuerte en el altavoz. Gritó varias veces y se estaba quedando ronco a causa del miedo de que sus trabajadores fueran demasiado estúpidos como para comprender lo que necesitaba de ellos.

―¡Ya llegaron, director Liu! ―Su secretaria llegó corriendo con las noticias.

―La señorita Yang ya está en las instalaciones. ¡Cerdos inútiles! ¿Acaso nadie se dio cuenta?

―¿Qué? Pero si no vimos a ningún desconocido entrar.

―Sí, ya les ordené a los guardias de seguridad que me avisaran en cuanto alguien entre.

―¿Qué hacemos ahora?

Liu Fei sintió ganas de patearlos.

―¿Qué más podemos hacer? Vuelvan ahí, revisen todo y asegúrense de que nada salga mal. No dejen que la señorita Yang encuentre nada malo.

Todos corrieron con nerviosismo de vuelta a la fábrica, como si fueran a enfrentarse a un enemigo formidable.

Mientras tanto, sólo dos hombres estaban sentados en la Hummer. Su expresión era distante y fría, llena de un aura asesina.