Jiang Ning sabía que estos lobos no tenían muy buena forma para esto. Ni siquiera podía considerarlos buenos. Ellos lo sabían mejor que nadie, pero estaban dispuestos a entregarse en cuerpo y alma. Estaban dispuestos a entrenar con su vida. Mientras Jiang Ning diera la orden, ellos lo harían sin chistar. Eran como las tropas en la guerra y sólo escuchaban las órdenes de su comandante. Si Jiang Ning lo decía, lo harían sin dudar.
Todos tenían sus fortalezas y debilidades, así que era difícil convertirse en un peleador hábil que pudiera atacar tan bien como defender. Eso necesitaba trabajo duro y uno tenía que estar hecho para eso. La mayoría de la gente no tenía la madera, así que tenían un límite de lo buenos que podrían llegar a ser. Sin embargo, su jefe era Jiang Ning, el dios de la guerra que podía hacerlo todo.
―Escuchen con atención lo que voy a decirles. Esta es una oportunidad para que se transformen ―dijo Jiang Ning con firmeza―. Esta formación pueden usarla todos para atacar en grupos, pero también puede ayudarlos a descubrir qué tipo de arte marcial pueden desarrollar.
Nadie podía ocultar la emoción en su rostro. Un arte marcial que podrían desarrollar, que podría ayudarlos a volverse como Espada Rota o como los cinco tigres de Jianzhou, y podrían andar su propio camino.
Todos se enfocaron y no se distrajeron con nada. Memorizaban cada palabra y acción de Jiang Ning y siguieron repitiéndolas en su mente. Jiang Ning se tomó dos horas para hablar e incluso entrenó con ellos y los ayudó a entender tan rápido como fuera posible.
Huang Yuming estaba parado a un lado y su expresión era muy seria. La admiración en sus ojos no paraba de crecer.
―El gran jefe realmente es un gran jefe.
No pudo evitar gritar por dentro. Jiang Ning lo había enviado al norte para ayudar a Fei a completar su misión. En ese corto periodo, Huang Yuming había experimentado una transformación. Después de ver ese mundo, se dio cuenta de que sólo era un pececillo en un estanque. Su mundo era demasiado estrecho y su visión era limitada. Apenas había tocado la punta del iceberg pero había descubierto un poco más sobre la vida de Jiang Ning. Huang Yuming quedó pasmado por completo con lo que descubrió y su adoración por Jiang Ning salía de lo profundo de sus huesos y su corazón. Le habría entregado toda su alma a Jiang Ning.
―¿El hermano Gou y los demás? Parece que están haciendo ejercicio ―se rio el señor Xu―. Necesitan cuerpos fuertes para protegernos. Son los ángeles guardianes de Donghai.
¿Ángeles guardianes? Chen Yu pensó en Jiang Ning. Quizás él era el ángel guardián de Donghai.
……
Mientras tanto, en la casa de los Yang en Jianzhou, la atmósfera en la casa estaba muy tensa. Nadie se atrevía a hablar muy fuerte ni hacer ruido al caminar por miedo de provocar la ira del líder de la casa. Yang Huang ya estaba furioso. Su expresión era muy oscura y se percibían nubes tormentosas. Yang Dong estaba sentado al frente y tenía el rostro en blanco. Pero sus ojos echaban llamas y deseos de asesinar.
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