Héroe Retrasado romance Capítulo 411

Por supuesto, Donghai no le tenía miedo a la familia Su en absoluto. Si Jiang Ning diera la orden, el hermano Gou irrumpiría de inmediato la casa de Su y remataría al bastardo de Su Mingquan. Ya había apretado los puños y estaba listo para romper la cabeza de Su Mingquan en pedazos en el bungaló, pero lo dejó ir, e incluso dijo cosas raras sobre quedarse en su propio lado. Esto no sonaba al Gran Jefe para nada.

—Gou, tienes razón en algo.

—¿En qué? —El hermano Gou fue tomado por sorpresa—. ¿Qué dije?

Ya había olvidado lo que acababa de decir.

—Dijiste que tu cerebro no es muy inteligente.

Jiang Ning abrió los ojos, mientras los otros lobos intentaban no reírse. Todos estaban muriendo de la risa por dentro cuando vieron lo despistado que se veía el hermano Gou, pero no se atrevieron a reír a carcajadas. El hermano Gou los mataría cuando regresaran a Donghai si se reían de él.

—Es muy sencillo deshacerse de la familia Su —aclaró Jiang Ning—. ¿Pero qué ocurre después de eso? Todavía están la familia Li, la familia Wang, la familia Zhang y muchas más. ¿Tienes tanto tiempo como para matarlos a todos?

—No.

El hermano Gou bajó la cabeza.

—Cuando se trata de realizar las cosas, usaré mis puños cuando mis puños puedan resolver el problema. Pero hay ocasiones en las que usar el cerebro es mejor.

Jiang Ning miró al hermano Gou. Hizo una pausa por un momento y se quedó en silencio, luego agitó las manos.

—No sé por qué les estoy contando todo esto. Sólo concéntrate en usar tus puños.

PUUUUF.

Número seis no pudo aguantar más. Por lo general, era muy severo y callado, pero ahora su rostro estaba todo rojo de contenerse la risa. Después de escuchar el tono de voz frustrado e indefenso de Jiang Ning, no pudo soportarlo más y se echó a reír tanto que comenzó a toser.

—¡Número seis! —El hermano Gou lo fulminó con la mirada—. Te ríes de mí.

—Tú... estás aquí para matarme —dijo Liu Xiaodao con los dientes apretados. Quería levantarse de la cama, pero recordó que incluso si no estaba herido, no sobreviviría más allá del primer movimiento de Jiang Ning.

—No eres digno de que te mate.

Jiang Ning se acercó a la cama y miró las heridas de Liu Xiaodao con una expresión llena de burla.

—¿Qué se siente ser golpeado hasta la muerte por tu dueño?

Liu Xiaodao se sorprendió con la pregunta. Entonces se dio cuenta de que realmente no estaba aquí para matarlo.

—¡Estaba ciego! —respondió Liu Xiaodao enojado y con odio en su voz.

Por supuesto, Liu Xiaodao estaba furioso. Había trabajado para Su Mingquan durante ocho años. Había hecho tantas maldades para Su Mingquan durante los últimos ocho años.