Era como si Jiang Ning recorriera su propio patio trasero; caminaba con calma y sin mostrar preocupación. Al verlo entrar, Hei Long se levantó de inmediato.
-¿Fuiste tú el que golpeó a mi hermano? -Sus ojos se llenaron de un brillo aterrador y sanguinario.
¡Bum! La puerta tras Jiang Ning se cerró y todos en el club ocuparon la habitación en la que Hei Long estaba.
-¡De prisa!
—¡Apresúrense!
Un gran grupo de hombres se reunieron en la habitación, cada uno con un semblante feroz. Nunca esperaron que el hombre que le dio la paliza a Hei Hu se atreviera a venir solo al club; estaba esperando la muerte.
—Sí, fui yo —Jiang Ning le contestó calmado—. No educaste bien a tu hermano menor así que te tuve que ayudar.
Caminó hacia una silla y se sentó; miró hacia atrás y vio la puerta bloqueada por varios hombres quienes lo miraban con frialdad. El semblante de Hei Long era amenazante y lo miraba como si estuviera viendo a un idiota.
-¿Huang Yuming te envió aquí a morir?
Esa era la única posibilidad en la que podía pensar, Huang Yuming sabía que había ofendido a Hei Long así que no se atrevió a venir, pero ¿envió a un subordinado a morir en su lugar? ¡Que ni lo sueñe! Jiang Ning negó con la cabeza.
-Soy yo el que te quiso buscar -dijo mientras lo miraba-. Quiero darte una oportunidad.
—¿Tú quieres darme una oportunidad a mí? ¡Ja, ja, ja!
Hei Long pensó que era la broma más chistosa del mundo. Este hombre estaba a las puertas de la muerte y ahora decía que quería darle una oportunidad. ¿Acaso lo necesitaba?
—Por supuesto, dime ¿qué oportunidad es esa?
Caminó hacia él, su aura asesina se incrementó drásticamente, cerró los puños y se tronó los nudillos como si experimentara una energía violenta que ya no podía contener.
¡PUM! Hei Long percibió que Jiang Ning le tiró una patada y de inmediato intentó bloquearla con su pierna, pero fue muy lento comparado con él. Cuando la patada conectó con la rodilla de Hei Long produjo un ruido sordo seguido de un fuerte crujido y por último un chillido de dolor. Cayó de rodillas frente a Jiang Ning, su puño seguía atrapado en su mano y no se podía soltar. Toda la habitación estaba tan silenciosa que se podía escuchar el sonido de un alfiler cayendo.
¿Hei Long de rodillas? Hei Hu fue forzado a arrodillarse y perdió las dos piernas, debido a esto Hei Long amenazó con incapacitar Huang Yuming, pero ahora ¿él era el que se arrodillaba frente a alguien que nunca había visto antes?
-¡Ay! -Su rostro tenía una mirada asesina y estaba tembloroso, nunca pensó que acabaría de rodillas-. ¡Eres hombre muerto! —gritó con fuerza, y ya que no podía zafar la mano de su agarre, usó la otra para tratar de golpearlo.
¡PUM! Jiang Ning le dio otra patada en el pecho y colapso en el piso, no tenía idea de cuántas costillas le había roto. El ambiente en aquella habitación se volvió aún más tenso.
—Te di una oportunidad, pero no la aprovechaste —Jiang Ning se levantó—. Hay tanta sangre en tus manos así que no está tan mal que hayas vivido hasta esta edad.
Quiso darle una oportunidad de rendirse y arrepentirse, pero al pensarlo un poco más, no era posible que lo hubiese aceptado. Hei Long seguía en el piso mirándolo fijamente
-¿Qui...qu¡én demonios eres?
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