En los siguientes tres días, más y más personas se vieron acabadas. Eran todos los que rechazaron públicamente la invitación a unirse a la gente de Shengcheng. Todos y cada uno enfrentaron un trágico final.
Al principio, algunos todavía dudaban, pero ahora no se atrevían a pensarlo y los siguieron con obediencia. Wang Gao nunca se había sentido tan bien. Esa sensación de estar por encima de todos lo hacía sentirse genial. Ni siquiera necesitaba hacerlo él mismo. Los hombres enviados desde Shengcheng eran excelente peleadores. Pensó que habría tenido un final terrible si hubiera rechazado la oferta como lo hizo Xu Rong.
—Wang Gao, ¿quién sigue?
Gao Fei estaba un tanto intranquilo esos días. Todo iba muy bien pero, por alguna razón, no dejaba de sentir que algo saldría mal. A Lin Wu lo habían molido. Hei Long también había perecido ahí. Ese lugar era como un enorme tornado y se acercaban cada vez más a él.
—Huang Yuming.
Esa fue la respuesta de Wang Gao. Todos los diversos poderes, tanto grandes como pequeños, habían tomado su decisión. Justo como él dijo, quien obedeciera se beneficiaría y quien no, moriría. Además de Huang Yuming, no había nadie en su camino.
Gao Fei frunció el ceño cuando escuchó ese nombre. Él ya sabía que el asunto de Hei Long y Lin Wu tenía que ver con él.
-No procedamos todavía -dijo Gao Fei.
-¿Por qué? -Wang Gao no podía entender-. Deberíamos atacar mientras el acero esté ardiendo.
Habían traído a peleadores tan habilidosos, así que deshacerse de Huang Yuming no debía ser un problema en lo absoluto. Él mismo había visto lo violentos que podían ser esos hombres. Además, había escuchado que Lin Wu también había venido. Ese hombre era aún más salvaje que Hei Long.
—No comas ansias. —Gao Fei sacudió la cabeza.
Prefería esperar a que Lin Wu arreglara ese asunto él mismo y no se atrevió a decidir por él.
—De todos modos, ya es demasiado tarde —resopló Wang Gao. Huang Yuming lo había humillado tanto en la pelea de box la última vez. ¿Cómo podía resistirse a la oportunidad de vengarse ahora? -Ya envié a alguien para darle una invitación a Huang Yuming de unírsenos.
Lin Yuzhen de verdad sentía que trabajaba para él. Estaba bien que el jefe no quisiera trabajar duro junto con el personal, pero ahora estaba perturbándola al comportarse tan despreocupadamente frente a ella. ¿Acaso eso no era ser grosero?
Jiang Ning vio un mensaje que Huang Yuming le envió a su teléfono. Se levantó y rio:
-Bueno, bueno, tú sigue con lo que estás haciendo. Iré a pasear allá abajo.
En un parquecito cerca de edificio del Grupo Lin. Jiang Ning se sentó en una banca frente a Huang Yuming y al hombre de Wang Gao.
-¿Qué es esto? ¿Por qué me trajo a esta clase de lugar para hablar de negocios?
El hombre de Wang Gao obviamente no estaba de buen humor. Durante ese corto periodo, se habían convertido en los verdaderos líderes del círculo ilegal de Donghai. Mientras el lado de Wang Gao diera la orden, todos se inclinaban ante ellos. Nadie quería ofender a alguien de Shengcheng, ni querían ser aniquilados por ellos.
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