Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 182

—Mamá, papá, ¿por qué estáis aquí? —preguntó Santiago, sintiéndose un poco sorprendido.

—Tu padre me dijo que no te sentías bien y que te habías tomado la tarde libre para descansar en casa. Eso me preocupó bastante, así que vengo a verte —respondió Erika.

El timbre de la puerta también llamó la atención de Vanesa, así que ella también se acercó para saber quién eran sus invitados. Sin embargo, tras ver a estos dos, volvió enseguida a la cocina.

Erika todavía se sentía incómoda en esta casa por el trauma que tenía. En cuanto llegó a la puerta, recordó de inmediato la última vez que Vanesa la había avergonzado delante de las criadas. Esto todavía le generaba mucho rencor.

Erika se sentó en el sofá con Enrique. Luego empezó a observar la casa, y no le pareció que todo el mobiliario fuera obra de Santiago. Por lo tanto, le susurró a Santiago,

—¿Esta es la casa que le regalaste en por el divorcio con ella?

Santiago asintió, y Erika gruñó enfadada.

«Vanesa ha hecho una fortuna con este divorcio. Pasó de no tener dinero a ser una rica. Ninguna empresa sería capaz de ganar tanto como ella. »

—¿Te sentes mal por los rumores? —preguntó Enrique.

—No, nada de eso —respondió Santiago con una sonrisa.

—Vale. Tales rumores no merecen la pena. Además la verdad saldrá a la luz tarde o temprano —respondió Enrique.

—No te preocupes. El grupo Antolin no durará más tiempo siendo tan atrevido —dijo Santiago.

—Por cierto, me llegó la noticia de que el equipo de auditoría ya se ha puesto a trabajar en eso. Seguro que los resultados saldrán pronto —dijo Enrique.

—¿La abuela dijo algo de su parte?—preguntó Santiago con la intención de cambiar de tema.

Erika se puso nerviosa y dio un respiro. La abuela Diana le había dicho que no se metiera con Vanesa, sobre todo en este momento clave y que no metiera a Santiago en más líos. Sin duda alguna Erika la obdeció, pero sientió un inmenso digusto.

Vanesa terminó la preparación de la comida y la llevó al comedor. No quería saludar a la familia Icaza, pero con Enrique no había tenido conflictos y él nunca le había puesto en aprietos. Así que Vanesa se dirigió para decir que la comida estaba lista y que era hora de comer. Aún así, no dijo a quién llamaba.

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