Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 201

Vanesa chascó la lengua.

—Sí que será horrible —dijo—. Quiero decir, que todavía no has conocido a la chica. Y si de verdad te gusta, ¿qué vas a hacer?

Gustavo se rió.

—Ya, ¿qué podría hacer? —parecía bromear.

Hasta aquí se acabó el tema.

Ya dada la vuelta completa a la zona de regalos, los dos no habían comprado nada.

Después de un poco de pensar, dijo Gustavo,

—¿Por qué no vamos a las tiendas de fuera? A lo mejor son mejores que estas.

Vanesa miró su reloj y era casi al mediodía. Dentro de un rato ya podría irse con el pretexto de volver a casa a comer.

Así que no se negó. Siguiendo a Gustavo fue allí fuera del centro comercial.

Nunca era tarea fácil elegir un regalo de cumpleaños. Sobre todo, era para un rico. Y como si fuera poco, para un rico mayor.

Resultaron triples las dificultades.

Cuando terminaron de mirar otras dos tiendas, sonrió Vanesa,

—Bueno, ¿qué tal si llamas a tío Hugo y le preguntas qué quiere?

Gustavo sacudió la cabeza y echó un vistazo al escaparate a su lado,

—Miremos unas más. No sabes cómo es mi padre. Si se lo preguntas, pensará que no eres sincero, que ni siquiera te tomas tiempo para preparar un regalo. Sería incluso mejor comprarle una cosa cualquiera —dijo Gustavo.

Vanesa cerró los labios y no dijo nada.

Entró con Gustavo en otra tienda, Vanesa pasaba por el mostrador.

Dentro eran todos puños de camisa.

Ella no sabía para qué servía esto, pero parece que a los ricos les gusta lo elegante y poco pragmatista.

No tardó mucho y dijo indicando un par de puños,

—Gustavo, mira este, ¿qué te parece?

Gustavo se le acercó. Después de mirar ese par, pidió al dependiente que lo sacase.

Era de plata, con unos motivos algo complicados.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Jefe Atrevido: Amor Retardado