Vanesa se maquilló. Se veía muy seductora.
A la gente de la familia Icaza no le gustaba Vanesa porque no tenía un estatus social alto, además, la razón de casarse era muy ridícula..
Estaba viviendo cautelosamente en esa familia, por eso ahora sentía que había recuperado su libertad al haberse puesto un maquillaje fuerte.
Vanesa eligió un vestido un poco sexy.
Mirando frente al espejo de cuerpo entero estaba muy satisfecha.
Después de salir y tomar un taxi, Vanesa se dirigió al bar más grande del centro de la ciudad.
Este bar tenía varias áreas en los pisos de arriba y abajo.
También había una pista de baile en el área pública, donde hombres y mujeres bailaban uno al lado del otro.
Vanesa miró a su alrededor, vio una zona comercial donde conservaron para negocio, por eso no preparaba ir allí.
«Qué aburrido será esa zona».
Vanesa encontró un asiento vacío en el área pública y se sentó.
Pidió dos botellas de cerveza y un plato de frutas.
Apoyándose en el respaldo del sofá, bebió un sorbo de cerveza y vio cómo los hombres y mujeres movían sus cuerpos en la pista de baile.
Las luces de colores eran un poco deslumbrantes, no podía ver los rostros de esas personas con claridad, pero todos parecían muy contentos.
Ella era más rica que ellos, por supuesto, debería ser más feliz.
Pensando en eso, sonrió y llamó al camarero para pedir más platos de snacks.
Santiago le dio un montón de dinero, encima tenía los dividendos mensuales de la compañía, podía vivir una vida feliz sin hacer nada por el resto de su vida.
Después de tomar una botella de cerveza, uno vino a coquetear con ella...
Pues era una chica guapa que estaba sentada allí sola, naturalmente, podía atraer a los hombres...
El hombre se sentó directamente frente a Vanesa.
—¿Sola?
Miró al hombre delante de ella. Era un hombre guapo vestido de camiseta informal.
Vanesa sabía que a todas las personas que venían allí les encantaba divertirse y se soltaban mucho por hacerlo.
No respondió, sino brindó con aquel hombre luego bebió la cerveza.
El hombre le respondió de la misma manera.
El socio era un hombre de mediana edad que parecía un cliente habitual del lugar..
Sin embargo, después de su llegada, sólo mencionó la cooperación por encima, luego llamó a muchas chicas guapas para que lo acompañaran.
A Santiago no le gustaba ese tipo de entretenimiento.Pues se reinaba nada más que las palabras hipócritas..
Santiago se forzó a beber algunas copas con el presidente Darío Carvallo.
—Parece que no estás acostumbrado, Señor Santiago. —Darío se rió.
—Sí, no vengo a menudo —Santiago ladeó la boca.
El presidente Darío sacudió la copa de vino que tenía en la mano con intención de decir algo.
—Bebe un poco de vino, te puedes sentir mucho mejor.
Santiago sonrió y brindó con el presidente Darío.
Ese vino tinto fue traído por el presidente Darío, sabía seco, pero no era impotable.
No sabía qué marca era, solo sentía que el sabor no era bueno..
Después de que Santiago bebió dos copas, se apoyó en el respaldo del sofá y se movió levemente para apartar a la chica que se había acostado en sus brazos.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Jefe Atrevido: Amor Retardado