Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 79

Vanesa se despertó de nuevo, justo cuando el avión bajaba y estaba a punto de aterrizar.

Como casi estaba durmiendo en todo el camino, no se sintió aburrida.

La azafata salió para recordar a todos que se sentaran con firmeza y se abrocharan los cinturones de seguridad.

Vanesa se estiró diciendo,

—¡Qué bien he dormido en todo el camino!

Santiago se limitó a guardar el libro que tenía a mano, no dijo nada y ni siquiera la miró.

Adam, que estaba a un lado, estaba impaciente, estiró el cuello para mirar a Vanesa y preguntó,

—Vanesita, ¿vas a volver a casa de la familia Icaza con Santiago?

Vanesa miró a Santiago por el rabillo del ojo y contestó,

—Pregunta a tu jefe, no sé.

Lanzó la pregunta a Santiago y Santiago admitió como respuesta a Adam.

Cuando el avión se detuvo, Adam abría el paso adelante, Santiago y Vanesa bajaron lentamente del avión.

Adam fue a recoger el equipaje y Vanesa y Santiago salieron.

Una borrosa hipótesis apareció en su mente y sonrió cuando vio a la persona que estaba saludando a Santiago en la salida.

Efectivamente, había acertado.

Erika estaba parada en la salida y había otra mujer: Lidia.

La mujer era un poco diferente a como había visto en la revista, porque en la revista por los retoques de las fotografías y el tipo de maquillaje la hacía tener una cara más idealista.

En ese momento, la mujer estaba parada allí, su cara sin mucho maquillaje era incluso más hermosa que en la revista.

Vanesa se rió en su interior, ya que se había preparado por la mañana antes de salir, también tenía un maquillaje exquisito y no perdía nada si se tuvieran que comparar.

Santiago caminó hacia Erika y dijo un poco sorprendido,

—Te he dicho que no hace falta recogerme —diciendo miró a Lidia.

Lidia estaba un poco avergonzada,

—Justo...

—Fui yo que quería venir y dejo a Lidia acompañarme —Erika le interrumpió apresuradamente.

Erika diciendo cogió la mano de Lidia y la sostuvo entre las suyas.

Las dos parecían madre e hija.

Adam puso los ojos en blanco sigilosamente a un lado.

Vanesa permaneció inexpresiva y se quedó en silencio.

Erika vio a Vanesa, pero la ignoró directamente. Afortunadamente, Vanesa tampoco quería hablar con ella, lo cual era bueno para todos.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Jefe Atrevido: Amor Retardado