Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 91

Posiblemente por el tono jocoso de Vanesa, Gustavo se rió a carcajadas.

Vanesa giró la cabeza mirando a Gustavo,

—¿Crees que lo que dije era falso? —preguntó.

—Sí —asintió.

Vanesa se encogía los hombros respondiendo,

—Pienses como quieras —los dos caminaron un poco más hacia el interior del bosque de bambú, de repente, Vanesa se detuviera luego, continuó—, de hecho, tu hermano y yo no estamos divorciados. Antes sí teníamos la intención de divorciarnos, pero el principio y el final de matrimonial no son tan fáciles, sólo queremos darnos una oportunidad otra vez.

—¿Ya me crees ahora? —sonrió.

—Un poco más creíble que antes.

—Porque sí es la verdad —se rió Vanesa.

El bosque de bambú estaba un poco más arriba, y desde ahí se podía ver todo el patio de la Familia Icaza.

A Vanesa le sorprendió mucho por la extensión de la familia Icaza y exclamó,

—¡Guau! Tu familia es tan rica. La residencia cubre un área muy grande.

—Sólo puedo decir que tenemos una buena fortuna de nacer en esta familia —le respondió.

Vanesa se calló.

Había tanta injusticia en este mundo. La vida de uno ya estaba determinada desde el principio. Algunas personas nacían en familias ricas, como Santiago y Gustavo. Aunque no hiciera nada, podían conseguir las cosas que otros no podían obtener pese a que trabajaran duro toda su vida. Pero los otros sólo podían nacer en una familia pobre e incompleta, como ella.

Se crecía con muchas dificultades, pero todos los sufrimientos le no servían para nada en los días duros. Todo el supuesto «caldo de pollo para el alma» solo era una mentira.

Gusatvo giró la cabeza para mirar a Vanesa,

—Es muy realista, ¿no?

—Sí, incluso un poco cruel —se lamentó Vanesa.

Mirando a la villa Icaza desde este lado, se podía ver toda la distribución en el interior.

El edificio principal era el más grande en superficie.

«¿Para qué se construía una zona de viviendas tan grande? Si tienen diarrea cuando están en el patio, resultará muy embarazoso. ¿No?»

La idea de Vanesa la hacía sentir mejor.

Como una persona común y corriente, no podía imaginar la vida de los ricos.

Los dos se quedaron parados, sin hablar nada. Hasta que caía la noche.

Vanesa hizo un gesto con la mano,

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