¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 79

Es un hecho, Owen se va a quedar el fin de semana conmigo o el tiempo que él decida. A mí se me apetecía toda vida. Después de la rápida y calurosa bienvenida, nos quedamos abrazados en la cama, hablamos de todo un poco, de lo mucho que le gustaba estar conmigo, de las nuevas cosas que le hago sentir. También era una sensación nueva para mí. Después de muchos años de sexo casi en solitario, aparte de Justin yo no había estado con nadie más.

–Eres hermosa.

Sus palabras me elevaban. Esas simples palabras me hacían soñar. Me estaba mal acostumbrando, me estoy volviendo adicta a él, a sus palabras a sus caricias, tendría toda la vida para disfrutar todo de él y hacerle disfrutar por mi parte.

–Y tú eres bello.

Sus ojos azules eran tan intensos, que con solo una mirada me transmitía, deseo, lujuria y pasión. Era capaz de derretirme en segundos. Sus dedos viajan por mi cintura llegando hasta mi espalda. Me arqueo. Mordí la cara interna de mi labio inferior, la sensación que corría por mi espina dorsal, era exquisita. Su roce era dulce, sensual, sensible. Sin poder evitarlo comencé de nuevo a excitarme, como podía ser que me debilitara, ante su menor toque.

El me miraba en silencio de forma apacible. Me podía imaginar todas las cosas que pasaban por su cabeza. Las últimas veinticuatro horas habían sido todo un suceso. Ayer fue un día duro, tanto para él como para mí. Sólo espero que estos ataques de migraña no sucedan con tanta frecuencia. Por lo menos estaba bajo control, había pasado lo más terrible.

Mis dedos también se desplazaban con lentitud por sus músculos pectorales, su piel es suave y caliente se asemejaba a como se sentía la mía. Nos miramos y sonreímos, somos como dos adolescentes hormonales.

Dispuestos a entregarse en cualquier lado. Me sentía perezosa a su lado, su cercanía me permitía tener estos momentos de relax, como si no quisiera salir nunca de la cama. Por supuesto, no tenía ninguna prisa por salir de ella. Amaba lo que me hacía sentir.

Me debato entre contarle o no lo sucedido con Justin. Como no me ha preguntado nada, lo más probable es que piense que yo se lo tengo que contar cuando esté preparada para hacerlo. No quiero tener ninguna especie de secreto, lo que pasó tenía que pasar a como diera lugar. Eso él lo sabía.

Tomo la mano que descansa en mi cadera y la llevo a mis labios dándole un beso, igual como lo hace él. Ese gesto lo tomo como inspirador de confianza, el pecho me retumbaba, estaba asustada sin razón. Tenía miedo de que él pensara que sería capaz de ocultarle cosas. Quería una relación limpia, sin secretos. Me separé un poco de él.

–Te voy a contar lo que hablé con Justin el día de hoy.

Si estuviera en su lugar, tal vez mi mente ya se hubiera inventado miles de películas y telenovelas en torno a el encuentro de dos exnovios, no sé, una reconciliación, un desliz, algo se me ocurriría ante ese hecho. Era normal que sintiera celos, que no me sintiera segura de lo que pudo haber pasado o en su defecto de lo que pudo pasar. Lo entendía, su posesividad de no querer compartirme con nadie. Cosa que no se me ocurriría, ni hoy ni nunca.

–No es necesario, Olivia - dice muy serio.

Lo sentí tensarse ante mi comentario, si bien no era nada del otro mundo, supuse que era lo que debía hacer, las cuentas claras y el chocolate espeso, aquí nada se quedaría sin resolver y ese punto era demasiado importante para mí, estaba cien por ciento segura que Justin no se volvería a pasar por nuestro camino y si lo hacía tenía la plena seguridad que ni siquiera nos dirigiría la palabra. Estaba totalmente fuera de mi vida.

–Para mí lo es, es importante que lo sepas.

Debía insistir, los cabos debían quedar bien amarrados, nada de que al rato te reclamo o pido explicación, las cosas no había que dejarlas enfriar, entre más rápido mejor. Que no fuera un caso de desconfianza, era lo menos que quería.

Quería que esta relación llevara la bandera de la sinceridad y la confianza. Como si firmáramos un pacto de lealtad.

–No es que no me interese, es que pienso que hay cosas que desearías guardar para ti, algo íntimo.

–Quiero decirte todo, no tengo ningún recuerdo que atesorar – le fu aclarando.

–Olivia, somos dos adultos, tu relación con Justin terminó, eso es lo único que quiero me importe.

–De todos modos, te lo voy a contar.

–Está bien, jefa, como ordene.

Sonrío. Su comentario comenzó a relajar el ambiente, que se tensó por unos cuantos minutos. Tomé aire y me dispuse a contar lo sucedido.

–No tuve una mala conversación con Justin - le explico - no se puso pesado ni buscó una reconciliación.

–Pensé que había sido eso y estabas pensándolo.

Lo miré con incredulidad. En realidad no conocía mi punto de determinación. Justin y yo, habíamos llegado a un punto en la relación que no tenía retorno por más que él me lo pidiera y afortunada mente no se llevó a cabo. Ese había sido el fin.

–Yo no doy un paso hacia atrás.

–Eso me gusta de ti, cuando tienes un punto en la mira, no dejas de ir por él.

–Exactamente.

–Y porqué noto, que estás muy pensativa por ello.

–Me dijo que estaba consiente que metió la pata en muchas ocasiones al no defenderme ante su padre.

–Qué bueno que lo aceptó.

–Yo debí ponerle un alto al señor desde mucho antes de que pasaran las cosas.

– ¿Aun lo amas?

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