Capítulo 1057
434
”
¡Así era afuera, y también en casa!
El sirviente que estaba a su lado lo saludo, pero él, con cara de descontento, no respondió y subió directamente las escaleras.
Viendo su actitud, Felisa miró a su suegra.
“¿Qué le pasa?”
Elisa negó con la cabeza, mirando a Selena, “¿Ustedes dos tuvieron una pelea?”
“…No.”
“Entonces, ¿qué pasó?”
La joven pensó por un momento, quizás Miguel lo había enfadado.
“Nos encontramos con Miguel en el avión. Bromeó diciendo que iba a arruinar nuestra fiesta de compromiso…
“¿¡Qué?!”
“¿Qué?!”
Ambas exclamaron al unisono.
Selena se sobresaltó, “Creo que solo estaba bromeando…”
“¡Qué atrevimiento!” dijo Elisa indignada. “¡Se atreve a intentar quitarme a mi nuera!”
Felisa se sentó en el sofá, igual de enfadada, pero también pensativa.
En ese momento, la cocinera fue a llamarlos para el almuerzo. Felisa se levanto para ayudar a Elisa.
“Vamos a comer.”
“Si… Ve allamar a David para comer.”
El sirviente se dio la vuelta inmediatamente. Pero Selena se levantó, “Voy yo.”
Dicho eso, comenzó a subir las escaleras.
En la habitación, David estaba solo en el balcón. Aunque su figura era digna y dominante, podía ver que estaba un poco desesperado.
Le pareció un poco gracioso. Ese hombre celoso era simplemente demasiado adorable.
“¿David?” lo llamó.
“…” No se movió.
“Es hora de comer.”
“Él continuó sin responder.
Se acercó y le pinchó la cintura, “¿Qué estás haciendo aquí solo?”
Se movió un poco cuando ella lo pinchó y luego agarró su mano.
“No te ms.
Ahora estoy enojado.
La atrajo hacia él y la miró. Sus
Creía que ese hombre se
z más adorable.
eran serios y severos, como si estuviera transmitiendo un mensaje de “Estoy muy enojado, ven a consolarme
staba volviendo
“¿Quién hizo que te enfades?”
“¿Qué crees?”
Luego de pensarlo por un momento, negó con la cabeza “No lo sé.”
David acarició su rostro, “Eres demasiado hermosa, atraes muchos problemas. Dijo acariciando su rostro.
Ella se rio un poco, “¿Me estás elogiando o criticando?”
“Te estoy elogiando.”
“Gracias por el elogio.”
Viendo cómo bajaba la mano y se giraba para seguir enojado, lo abrazó por la cintura y le dio un beso en la mejilla.
“Tranquilo, no te enfades más.
Se acercó a él. Se tensó un poco, pero luego la miró.
“¿Me estás tratando como a un niño?”
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Caída y el Rescate del Amor Novela