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Capítulo 1387
Luego calentó sus pies en sus manos y levantó la vista para decirle, “Deberías tener más cuidado, no vuelvas á correr descalza, o te cortaré los pies.”
Ella no creía
a en su amenaza, pero aun así dejó que él sostuviera sus pies, calentándolos.
Al ver su expresión, pensó que probablemente no le estaba mintiendo.
Tauro estaba bien por ahora.
“Entonces…”
Él la miró con indiferencia, “¿De cuántas cosas más tienes que preocuparte? ¿No deberias darle a tu tonto cerebro un descanso?”
La joven parpadeó, ¿se estaba burlando de ella?
¿Tenía ánimos para burlarse de ella?!
¡Ella es muy inteligente! ¿de acuerdo?
Al menos no es una tonta….
“Mi cerebro no es como tú dices…”
Ella se detuvo de repente, dándose cuenta de lo que él quería decir.
Resulta que se estaba burlando de
lenta reacción.
Retiró los pies y los ocultó bajo la manta.
Entonces David se levantó y se sentó al borde de la cama.
“¿Cómo está él ahora?”
“Ahora está en la UCI, veremos
en 24 horas.”
Selena asintió, creia que estaría bien, después de todo, tenía a tantos médicos profesionales cuidándolo, que no debería haber grandes problemas.
¿Cuándo salió anoche? Dijiste que me lo dirías tan pronto como supieras…”
Él sonrió, “Tenía pensado decirtelo anoche, pero estabas durmiendo tan profundamente que no pude resistirme y me acosté contigo…”
Selena arqueó una ceja, ¿se había acostado con ella?
¿Cómo es que no tenía ningún recuerdo?
No estaba borracha, sólo había dormido normalmente, ¿cómo es posible que no se hubiera dado cuenta?
“Estás mintiendo.” Dijo mirándolo.
Ella pensó que sus palabras eran sospechosas.
Entonces él sonrió, y pudo detectar cierto cansancio en su risa.
Lo miró y vio que tenía ojeras, sintiéndose más segura de que estaba mintiendo.
De repente sintió una punzada de lástima, y dijo suavemente:
“Estoy un poco cansada ahora…”
Él la miró durante unos segundos.
“Puedes seguir durmiendo.”
“Pero me gustaría que me abrazaras.” dijo desabrochando el botón de su chaqueta y quitándosela
La cama del hospital era muy cómoda y amplia, David fue prácticamente arrastrado a la cama por su esposa, quien se acurruco en sus brazos, encontrando una posición cómoda para descansar sobre su pecho.
David estaba prácticamente inmóvil, sólo podía dejar que ella se apoyara en él hasta que se calmara.
Su cintura estaba firmemente envuelta por ella, como si temiera que fuera a escapar, así que simplemente extendió sus brazos y la abrazo
fuertemente.
La habitación estaba en silencio, la respiración de Selena se volvía gradualmente regular, y él la miraba, observando a la mujer dormida en sus brazos, suavemente besaba su cabello.
Sabía que ella lo hacía a propósito.
Su inquietud y confusión, él ya las había sentido la noche anterior.
Él le dijo que no pasaba nada, pero ella no le creía.
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