Capítulo 1411
Aún faltaba un rato para la cena.
En el jardin frente a su alcoba, la Reina Julia paseaba usando un vestido largo de terciopelo blanco de alta calidad, en el cual había sido bordado a mano un pájaro rojo.
El pájaro parecía tan vivido que daba la impresión de vivo.
La piel de la Reina era delicada, pero ya mostraba signos de envejecimiento. Su largo cabello era tan blanco como la nieve, sin una pizca de imperfección, recogido en la parte posterior de su cabeza.
Sus ojos parecian más profundos debido a las ojeras, pero no podia esconder su sabiduria y majestuosidad.
Emanaba la tranquilidad y elegancia que solo una mujer madura podría tener. Se quedó allí en silencio, como si fuera el simbolo de la serenidad del tiempo
Sin embargo, debajo de su apariencia tranquila, ocultaba un aire de nobleza y dominio.
Todo eso, le parecia familiar
El viejo sirviente Aroa intento cubrirla con una capa, pero le costó un poco.
La Reina extendió la mano para agarrar la correa de la capa y se la echó al hombro.
A través de la gran ventana frente a ella, curvo suavemente los labios, sus ojos eran muy tiernos.
“Aroa, deberias retirarte.”
Aroa se puso a su lado y respondió con respeto: “Dije una vez que le serviria toda mi vida.”
Ella sonrió, bajo la vista hacia la pulsera de diamantes en su mano y susurro: “También debería retirarme”
La mirada del sirviente cayó sobre la mano de la Reina, viendo cómo sus dedos arrugados acariciaban la pulsera, como si a través de ella, estuviera acariciando a la princesa fallecida
Aroa suspiro en silencio, después de tantos años, se había acostumbrado a ver a la reina de esa manera.
Hasta el momento, la Reina todavía no podia superar la muerte de la princesa.
Si, su hija mas querida, la extrañaria toda su vida.
Pero, uno siempre debe mirar hacia adelante, la vida debe continuar. No importa cuánto la extrañara, esa persona ya no estaba alli.
“Reina…”
No muy lejos de la ventana, estaban algunos niños que ya habian llegado, jugando con los juguetes más hermosos, tenian alrededor de tres o cuatro años y estaban siendo cuidadosamente cuidados por varios asistentes.
El rostro de la Reina estaba lleno de amor, pero se podia ver en su expresión un profundo pesar
Se que no deberia extrañarla de esta manera. Pero cada vez que veo a mis nietos, siempre pienso, si mi hija todavia estuviera viva, como seria ella ahora, quizá estaria casada, tendría a sus propios hijos, seria feliz… No me gustaria que sufriera… Pero sé que todo esto es solo una suposición, porque la realidad es que ella ya se ha ido de este mundo…”
Julia empezó a sollozar, levantó la mano y colocó la pulsera en su pecho, sus labios temblaban y sus ojos estaban llenos de lagrimas
Aroa la miró con cariño, pero no sabia qué decir para consolarla.
Durante todos esos años, lo habia intentado muchas veces, pero nunca pudo tocar el corazon de la reina, el consuelo parecia aun mas cruel.
Al menos la princesa seguía viva en el corazón de la reina, si le pedia que dejara ir el pasado, ¿significaria eso pedirle que borrara la existencia de la hija que tanto amo?
Mejor recordarla siempre, así la princesa seguiria viva.
Las lágrimas nublaron su visión, las figuras de los niños en el patio se volvieron cada vez más borrosas.
“Reina, usted es muy feliz ahora, por favor, dele mas amor a los pequeños principes y princesas.”
“No, no es lo mismo“, dijo Julia, negando con la cabeza “Puedo dar mucho amor, pero no puedo dividir el amor que siento por Otilia entre elos, no es lo mismo, no es lo mismo en absoluto En mi corazón, nadie puede reemplazar a Otilia y nadie puede compartir el amor que siento por ella. Si, Aroa, lo admito, soy parcial, soy muy parcial. Si pudiera, le daria todo a Otilia, soy asi de parcial. Solo quiero que vuelva, solo quiero que vuelva, estoy dispuesta a darle todo
La reina lloraba desconsoladamente, noches y noches, momentos de soledad, recuerdos infinitos, nada podia diluir su amor por Otilia
Aroa no sabia cómo consolarla, solo podia quedarse en silencio junto a la reina
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