Capítulo 1598
Luego, ella forzó a las sirvientas a limpiar el suelo de rodillas, incluso amenazándolas con despedirlas.
La imagen, la calidad de la misma, era tan clara como si tuviera una suscripción premiùm, cada una de sus expresiones, cada una de sus palabras, eran perfectamente
claras.
Incluso más tarde, cuando Dora tiró los restos de manzana al suelo, obligó a las sirvientas a limpiarlos y amenazó con hacerles limpiar sus zapatos,
Dora se derrumbó al suelo.
Desde que Tauro encendió la televisión, volteó la cabeza hacía un lado, queriendo ignorar lo que veía, pero el sonido llegó a sus oídos, lo que lo enfureció aún más, las venas en su frente latian con fuerza.
Al escuchar el ruido, miró fríamente a Dora, que estaba sentada en el suelo.
“¿Qué pasa? ¿Acaso también te compró esa mujer para que actuaras en su teatro?”
“Yo…”
Dora tembló, su mente estaba en un caos, pero no sabía qué decir.
“Dora. ¿Es así como has actuado a mi lado todos estos años? ¿Estabas jugando conmigo como si fuera un tonto?”
“No, señor, yo no.”
“¿Cómo explicas lo que vimos en el video?” El anciano gritó enojado, golpeando el suelo con su bastón.
Dora temblorosa, cerró los ojos, su cuerpo temblaba con cada grito y golpe del bastón del anciano.
“Señor, solo quería que se comportaran y trabajaran bien, estaban acostumbrados a la gestión de Marina y eran muy difíciles de controlar.”
“¿Y cómo es tu idea de un buen control? ¿Haciéndolas inclinarse ante ti, sirviéndote como esclavas, limpiando tus zapatos todos los días?”
La voz del anciano resonó, haciendo llorar a Dora.
“No, señor.”
“¡Dora! ¡Todas ellas eran empleadas que la familia Terrén contrató para cuidar de nosotros! No nos atrevemos a tratarlas como esclavas, json hijas atesoradas en sus hogares! ¿Cómo puedes ser tan desvergonzada para tratarlas así?
Selena tenía razón, eres peor que las viejas amas de casa. ¿Y todavía tienes la cara de quejarte ante los periodistas? ¿Qué tienes de qué quejarte? ¡Mira cómo la gente habla de ti! ¡Es completamente vergonzoso!”
El anciano estaba tan furioso que su voz se quebró.
Respiró con dificultad, sus ojos rojos fijos en Dora, su rostro lleno de ira y decepción.
“¡Has hecho que vuelva a ser el hazmerreír de todos! Primero fue Andrea, luego tú. ¿Sabes cuánto dinero ha perdido la empresa en estas últimas horas por tu culpa?!
“No entendía por qué mi esposa siempre te despreció, ahora lo entiendo, me equivoqué, no supe reconocer quién eras después de todos estos años, confié en ti y te protegí.”
El anciano comenzó a reír amargamente.
¿Qué estaba pasando?
Su nieto, del que siempre estaba orgulloso, había sido seducido por una mujer.
Su hijo mayor había renunciado a su poder por una mujer,
Su esposa no había querido vivir con él durante años.
Incluso Andrea, a quien había visto crecer, se había convertido en alguien insoportable.
Y ahora Dora, que había estado a su lado durante tantos años.
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