Capítulo 1904
Una risa fría interrumpió las palabras de Ginés.
Ambos voltearon la cabeza al unisono.
Olivia salió lentamente del dormitorio, con una sonrisa suave en su rostro.
Pero esa sonrisa era fría, con un toque de ironía sin importar cómo se mirara.
Al verla ya cambiada, una sombra de irritación cruzó la frente de Ginés.
“¿Por qué saliste?”
“¿Acaso no puedo?” Olivia le respondió con otra pregunta, sonriendo. “¿No estás cansado, Ginés? ¿Siempre tienes que meterte en todo? ¿Qué te importa si tiene novio o no? ¿Por qué tienes que desaprobarlo?”
Ginés se llevó una mano a la frente y soltó un suspiro.
“Olivia, no empieces con tus juegos.”
“¿Quién está jugando?”, se acercó al sofá y se quitó el abrigo. “Los pillé discutiendo y bueno, no soy exactamente una extraña para ustedes, así que me entró el capricho de charlar un poco contigo. Claro, también estoy algo confundida; Siempre he sido de hacer lo que siento, demasiado conforme con como se desarrollan las cosas. Me las arreglo sin pensar demasiado y por eso, no me gusta debatir ni quiero hacerlo. Quizás esa perspectiva de la vida tenga problemas. Ahora estoy confundida y hay varias personas involucradas. Pero aprovecharé para aclarar las cosas y ver si realmente soy yo la del problema.”
Se detuvo y soltó una risa, recogiendo su abrigo y poniéndoselo mientras se arreglaba el cabello y miraba a Ginés.
“Aún no has respondido a mi pregunta. Celina no es tu hermana perdida desde hace años, tampoco ha arriesgado su vida por ti, aun así quieres comprarle una casa y encargarte de su educación. Dices que es por una amistad de años y lo acepto como una razón válida.
Pero lo que no entiendo es, ¿por qué te opones tanto a su relación amorosa? ¿Qué te hace perc cabeza hasta el punto de no permitir que estén juntos?”
Celina finalmente entendió su punto.
“Olivia, no es lo que tú piensas…”
Ella levantó una mano para detenerla.
“Por ahora, no tienes suficiente relación con él como para hablar en su nombre.”
Celina mordió su labio, con una expresión complicada en su rostro.
Olivia lentamente movió sus ojos hacia la cara de Ginés.
“¿Por qué no hablas? ¿No entiendes mis preguntas o le confundieron?”
Se abotono el abrigo y deslizó las manos en los bolsillos y mirando su rostro frío, continuó con una sonrisa tranquila:
“¿O es que tú mismo tienes dudas sobre esas respuestas?”
Ginés habló con frialdad:
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No.”
Olivia levantó ligeramente sus delgadas cejas.
“Entonces, dinos, ¿por qué te molesta tanto que Celina tenga novio?”
“Porque ese hombre no es de confianza.”
“Ah”, dijo Olivia asintiendo. “¿Y tú crees que hay algún hombre digno de confianza?”
Se acercó dos pasos hacia él, con sus labios rojos apenas susurrando una palabra: “¿Tú?”
La frente de Ginés se frunció de inmediato.
“¿Qué estás insinuando?”
“Terminemos.”
La misma cara sonriente de hace un momento, la misma voz calmada.
Ginés entrecerró los ojos, mirándola fijamente por un largo rato, hasta que estuvo seguro de que las palabras que acababa de oir habian salido de la boca de Olivia. Su voz se endureció:
“No estoy de acuerdo.”
“No te estoy pidiendo permiso.” Olivia giró su mirada hacia Celina. “No necesitas traer a un hombre solo para calmarme.”
Celina palideció de golpe.
Ella había visto a través de todo.
“No es eso, yo solo queria tener una relación amorosa normal.”
“Lo que querías era una excusa para quedarte a su lado sin sentirte culpable.”
Celina se quedó sin palabras.
Aunque siempre supo que Olivia era inteligente, en ese momento se dio cuenta de que la habia subestimado.
que yo. Así qu
“¿Crees qué no te conozco, Ginés? Siempre has dicho que nadie te conoce mejor que y ¿qué sentido tiene venir a mostrarme tu ‘sinceridad’ con trucos que sabes perfectamente que Gi entenderá? No tiene ningún sentido.”
Aunque estaba preguntando, no buscaba una respuesta.
Tras decir eso, esbozó una sonrisa forzada y se dio la vuelta para irse.
Ginés intentó alcanzar su mano, pero ella dijo friamente: “Creo que lo mejor que puedes hacer ahora es dejarme ir. Obviamente no quiero escuchar nada de lo que tengas que decir.”
La mano de Ginés se quedó suspendida en el aire mientras Olivia se dirigia a la puerta, se puso sus zapatos y salió sin mirar atrás, dejando una sensación de frialdad en el aire.
Él, con el rostro pálido de la ira, pasó la mano por su cabello con frustración.
Celina, pálida y temblando, se quedó quieta, observando a Ginés y sintiendo un miedo creciente.
“Ginés, yo no queria…”
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asar de que Olivia dijo que recentino noviazgo era solo para darle un poco de tranquilidad y quequ se preocupara por secuencanto cerca de Ginés, demostrando que no representaba una amenaza.za tia que debía decir algomentos
tenia ninguna otra intencion
és cerró los ojos, con las palabras antibios vsneves de Olivia resonando en su mente.
or terminar.
ica habia considerario si el estaba desacuero o no.
mpre habia sido ast, cuando estaba e figlia toda estaba bien.
eencontraron despues de mucho derappy Vauctoren secur stendo amigos sin quardar rencor.
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