Capítulo 1919
Ginés le puso la mano en el hombro a Olivia con delicadeza, y ella finalmente le devolvió la mirada.
Y con un gesto sereno le preguntó
“¿Qué está pasando?”
Ella observó detenidamente, fijándose en su cabello corto por un buen rato, antes de decir lentemente: “Te voy a cargar para subirte al coche.”
Dicho esto, se incliné para levantarla, pero Olivia retrocedió, mirando al carro cuya puerta ya estaba abierta, La henda de su cintura apenas habla sanado hace poco, y si intentaba subir por su cuenta, probablemente que la lastimara.
Ella dirigió su mirada hacia Jacinto, que estaba a su lado.
“Jacinto, cárgame para subirme al coche.”
Los ojos de Ginés parpadearon ligeramente.
Jacinto se acercó y, evitando la herida de su cintura, la levantó con mucho cuidado.
Luego la colocó con suavidad dentro del auto.
“Todavía no te muevas.”
Olivia era la consentida de la familia López, y con el tiempo, todos en la casa la hablan mimado hasta hacerlo casi sin pensar
Jacinto la apoyó en el respaldo y alcanzó una almohada de la parte de al lado, colocándola detrás de la cintura de Olivia antes de dejarla recostarse,
Ella miró desde abajo, preguntando en voz baja: “¿Estás bien en esta postura?”
Olivia asintió con la cabeza y murmuró un “si“.
Los dos estaban muy cerca, y el hombro de Jacinto rozaba su cara mientras le pasaba la almohada. Al hablar, su aliento alcanzaba el rostro de ella.
Sin embargo, ambos se comportaban con total naturalidad, como si esa proximidad ya no les resultara extraña, como si fuera parte de su rutina.
Los ojos de Ginés se oscurecieron un poco,
Después de acomodar a Olivia, Jacinto mantuvo su mirada en su rostro por un par de segundos antes de retirarla, saliendo del coche y cerrando la puerta con facilidad.
Luego asintió en afirmación hacia Ginés y se sentó en el asiento del conductor
Félix y Daria tartibién subieron al coche,
Ginés permaneció parado, observando cómo el vehículo se alejaba lentamente,
De repente, se dio cuenta de que esta situación le era resultado familiar.
La escuela estaba bien organizada gracias a Félix.
Olivia probablemente podria asistir a la ceremonia de graduación para hacer acto de presencia.
Durante esos días, se quedó en casa recuperándose, y Jacinto le llevaba algunos documentos a diario.
A veces ella se sentaba en el estudio, encendía la computadora para hacer una videollamada con Jacinto, participaba en unas reuniones de la empresá, discutia sobre nuevos proyectos o exploraba nuevas Industrias.
Luego, si la idea parecia viable, hacia una pequeña inversión para probar o se lanzaba directamente a un nuevo sector,
Aparte de leer, hacer ejercicio figero y caminar regularmente, y buscar información y tendencias comerciales en línea, sus dias eran bastante completos.
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Como 1919
De vez en cuando, Olivia le decía a Jacinto con orgullo, “Creo que perdi la oportunidad de ganar miles de millones. Soy tan inteligente que si hubiera empezado a trabajar en los negocios anteriormente, podría haberme convertido en la mujer mas nca de Latroamérica
Jacinto sorrela sn emociones y decía, “Si, claro, tú eres la más inteligente”
No era que Olivia estuviera fanfaroneando, sino que realmente creía que enfocarse en hacer dinero era algo beneficioso para la salud fisica y mental
Los atbajos de ese proceso eran mucho más interesantes.
Dos meses después, sus heridas ya estaban casi curadas.
Se había cortado el cabello en una peluquería y su armario tenía algunas prendas más maduras
Una camisa azul zafro, una falda negra sencilla, y un toque de maquillaje en el rostro.
A pesar de lucir un poco más madura, la camisa con volantes en el cuello le caba un toque juvenil y le hacía parecer que estaba a la moda.
Quando Jacinto, que la esperaba afuera, vio a Olivia, casi se le salen los ojos.
-¿Qué qué estás haciendo?”
Olivia se acomodo un mechón de cabello detrás de la oreja. “Voy a carme una vuelta por la oficina”
Jacinto se rio con los labios apretados.
Sin avisar de antemano, los empleados de la empresa que vieron a Olivia llegar con Jacinto empezaron a murmurar que ela era la novia de Jacinto.
Un hombre aquesto y mujer bonita, la verdad era que hacían una pareja agradable a la vista.
A Olvia no le importaba, pero Jacinto se sentía incómodo.
Y para colmo, le habían ordenado mostrare a ella toda la empresa. Aunque les presentó a los líderes de cada departamento como accionista de la empresa, los rumores de que eran amigos de la infancia terminaron convirtiendose en que eran prometidos desde la infancia.
Olivia experimentó su primer día en la empresa y le pareció fartástico.
Al mediodía, ambos fueron juntos a almorzar y por la tarde regresaron en el mismo a
“¿Vas a venir mañana?“, preguntó ella desde el asiento del copiloto, lanzándole una mirada.
¿Quieres que venga o prefieres que no lo haga?“, respondió él
“Bueno… creo que aún no estás del todo recuperada…”
Olivia asintió, “Entonces mañane dormiré hasta la tarde.”
Jacinto suspiró alviado.
Pero al día siguiente, Olivia llegó con un táper directo al despacho de Jacinto.
A Jacinto se le erizó la piel, ‘Por todos los santos, ¿qué es lo que pretendes? Con todos los rumores sobre nosotros en la oficina, ¿cómo esperas que viva?”
Ella puso el táper frente a él, “Así que te molestan nuestros chismes?”
Jacinto se frotó los brazos con incomodidad, “Por favor, si mi padre se entera de que estoy cortejando a su niña. mimada, me desollará vivo.”
Olivia soltó una risita, ¿Estás asustado por un simple rumor? ¿Estás bastante asusta? Me pregunto… Se sentó en el escritorio, girando para mirarlo, ¿Te gusta alguien de la oficina? ¿Temes que se haga una idea equivocada?”
Él agitó sus manos, “Prohibidas las relaciones en el trabajo.”
“Entonces no hay problema.” Dijo ella, empujando el tupper hacia el otra vez, “Vamos, almuerza.”
Cuando Jacinto abrió el tupper, la comida aún estaba caliente.
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Capitulo 1919
Pero apenas probó un bocado, su expresión cambió por completo.
A pesar de que lucía no tenia apetito, el sabor era indescriptible.
Olivia lo observaba, con los ojos entrecerrados en una amenaza velada.
Si lo escupia, ella podria arrancarle la cabeza,
Se lo tragó de un bocado y bebió un sorbo de su café, que ya se habia enfriado.
“¿Ya almorzaste?”
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