La Caída y el Rescate del Amor Novela romance Capítulo 1947

Capitulb 1947

Alca Oye, cerebric presidente za terminaste la tayed?

Maxmilano S

Ramon Vaya sorpresa e vez se ve a nuestro pesmente respondento tan ranch, claro que a une beleza como tú se le da un trab expecal

Lucas Es la pue verdad romalmente solo aparece si lo menciones drectamente

Abel Ahora me enter parece que questo quendo Maxmilano no solo made en un marce libros.

Los chicos sempre eran los más animados de la clase y era evidente que estaban bromeando con Maximileno.

Aunque moluceron a Alice en sus bromes, se cuicaron de no mencionar su nombre directamente.

No querian meterse en problemes con le famosa princeste de la famila Vadiva porque sabían que si le ofenden, le venganza poda ser temble, aunque no tuviesen muy claro el alcance de ese vengence.

Por alguna razón, todos sabían que no era bueno provocar a Alicia y rade queria pisar ese temeno minedo.

De hecho, Alicia ni siquiera estaba en el chat del grupo en ese momento. Al saber que Vaximilano habile terminedo le tares, le mandó un mensaje privado.

Le envió fotos de las preguntes que no entendia, directamente desde su celular.

No entiendo para nada estes preguntes, puedes mostrame tus respuestes?”

Maxmilano Seguro que vas a entender solo con las respuestas? ¿Quieres que te expique un poco más?

Alicia: No hace falta, voy a ver si puedo resolverles por mi cuenta.

Maximiliano: Está bien.

Poco después, Alicia recibió las respuestas de las preguntes de Maximiliano, pero cada una venta con un proceso de solución detallado.

Siguiendo la explicación, ella también logró entender

“No por nada eres el cerebrito, es fácil entender así”

Maximiliano: Si tienes más preguntas en adelante, pregúntame directamente.

Alicia solo le respondió con un ‘OK‘ y no continuó la conversación.

Aprovecharse de la situación y luego descartar es algo que ella parecía dominar a la perfección.

Maximiliano no pareció notar nada inusual, guardó su teléfono, echó un vistazo a sus compañeros en los asientos de adelante, recogió sus cosas y se levantó para irse.

Cuando pasó por el asiento de Octavio y los demás, Octavio, que había estado mirando hacia abajo leyendo, levantó la mirada y lo observó.

Maximiliano, sorprendido por la intensidad y la frialdad de esa mirada, desvió la suya.

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