Capítulo 2001
Mireia se quedó mirando cómo se alejaban, con las manos algo rigidas que finalmente se cerraron en un puño apretado.
Si pudiera cambiar algo, preferiría no haber vuelto tan apurada solo para darle el regalo de cumpleaños en persona.
Aunque él lo hubiera recibido con un semblante frío, habría sido mejor que como acababa de suceder, que Alicia lo tomara.
Al ver a Octavio detenerse frente a la puerta y a Alicia tecleando la contraseña con destreza, Mireia sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.
En su cumpleaños a altas horas de la noche, solo dos personas, además el olor a alcohol emanaba de ellos. Todos esos elementos combinados podían llevar la imaginación en una sola dirección.
Quizás las cosas entre ellos estaban avanzando demasiado rápido.
Al principio, Mireia no podía imaginar que Octavio realmente saliera con Alicia, así como ahora no podia imaginar que, ese hombre tan frío y distante, podría tratar a una mujer
con ternura.
Mordió su labio con fuerza, cerró los ojos y reprimió esos pensamientos, antes de entrar al ascensor.
Al llegar a casa, Octavio colocó a Alicia en el sofá.
Ella se quitó los zapatos y lo miró dar la vuelta para ayudarle a quitarse el abrigo.
Era un gesto al que parecía estar acostumbrada, levantando los brazos y ladeando la cabeza mientras observaba la caja en sus manos.
“Vino especialmente para tu cumpleaños.”
Octavio imperturbable, deslizó el cierre del abrigo y tiró de una de las mangas antes de mirarla fijamente.
Ella pasó la caja de regalo a la otra mano para que él le quitara la prenda.
Luego, mientras él se ocupaba de colgar el abrigo, se recostó en el sofá,
inspeccionando la caja de un lado a otro.
“¿Qué dices? Ella está muy entregada y abiertamente tras de ti, ¿debería pretender que no me importa?”
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Capitulo 2001
Mireia ni siquiera se molestaba en disimular, ¿y ella?
Octavio se acercó, mirándola desde arriba, “No habrá nada entre ella y yo.”
Alicia lo miró con una sonrisa irónica, “¿Quieres que la ignore?”
Jugó con la caja en sus manos, “Aunque ahora estés claro, recibir un regalo en cada ‘fiesta‘ realmente hace que la gente dude.”
La mirada de Octavio finalmente se fijó en la caja que tenía en la mano.
Y entonces, la caja fue arrancada de sus manos y con un “clang“, terminó en el cubo de basura cercano.
“¿Contenta ahora?”
Alicia miró hacia el cubo de basura, torció los labios y con un brillo juguetón en los ojos, sonrió con sorna.
“Me siento mareada.”
Viendo su actitud forzada, Octavio torció la boca, “Entonces, ¿me estás diciendo que la resaca de la bebida viene y va?”
Alicia no se inmutó y extendió los brazos hacia él, “Llévame a la habitación.”
Octavio entrecerró los ojos, su mirada se detuvo en el cuello blanco de ella por unos segundos.
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