Capítulo 26
Al ver que David finalmente la miraba, Lola se atrevió a decir: “Joven, deberia descansar un poco Elisa se preocupará por ti
David miró su reloj aún faltaba un rato para la cena
“Está bien”.
Asintió y se dirigio hacia las escaleras.
Lola observó cómo desaparecia en la escalera, sonrió y se dirigió a la habitación de Elisa
Con la corbata ya desabrochada, David abrió la puerta de su habitación como siempre lo hacia Siempre le habia desagradado que alguien invadiera su espacio privado, aunque no venia a menudo, todavia podia percibir cualquier cambió en su cuarto
Se detuvo con la mano todavia en el pomo de la puerta, su mirada aterrizó sin demora en la cama en el centro de la habitación
Un escalofrio se reflejo en sus ojos profundos, su mirada se clavó en la mujer en la cama mientras caminaba hacia ella Sus pasos no hicieron ruido al pisar la alfombra. Su rostro indiferente mostraba una expresión de desagrado y fraldad, como si su territorio hubiera sido invadido por un extraño.
No obstante, cuando se acercó a la cama y vio a la persona que dormia en ella, sus oscuros ojos parpadearon y su frialdad se disipó lentamente.
Su mirada se deslizó por sus pestañas finas y delicadas, su rostro sin maquillar, sus labios como flores de cerezo, parecia elegante y encantadora.
Luego, sus ojos se desviaron, el batin que llevaba era suyo, probablemente demasiado grande, se habla caido de su hombro en su sueño, revelando su hombro y un gran pedazo de piel blanca en su pecho, su delicada clavicula se movia con su respiración
David se quedo sin aliento, una expresión de sorpresa cruzó sus oscuros ojos.
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