Capítulo 49
José, que estaba reflexionando en silencio a un lado, no pudo evitar mover la comisura de sus labios.
En realidad, no tenía la intención de burlarse de su amigo.
Solo porque su amigo… había cambiado de verdad.
Habia cambiado tanto que ya no lo reconocía.
¿Quién hubiera imaginado que, hace un momento en la sala de reuniones, estaba sentado allí, con una mirada que inspiraba temor y con un giro inesperado podía realizar una llamada de manera tan suave?
¿Suave?
¿Esa persona tan fria e insensible podía ser tan suave?
Eso es algo que él nunca había visto.
¿Qué van a hacer todas esas mujeres que siempre han estado enamoradas de él?
Selena, al oír su voz, no notó nada extraño.
“Ya sé.”
Se levantó de la cama, se puso las zapatillas, se apoyó en la ventana y miró el paisaje exterior. Su mirada se detuvo involuntariamente en el edificio más alto y llamativo de la ciudad.
Una persona de pie en el piso más alto de la ciudad, otra en una esquina discreta de la ciudad.
Uno con un traje de vestir, la otra en pijama.
Dos personas que originalmente eran muy diferentes, ahora de pie junto a la ventana, frente a frente a través de la bulliciosa ciudad. “¿Acabas de despertar?”
“Si…” Selena se detuvo un momento antes de responder.
“Escuché que renunciaste hoy.”
José no dijo nada a su lado. Sabía el resultado, pero fingía que no lo sabía. ¡Qué astuto!
Esa frase surgió de repente en la mente de José, asustándolo. ¡Qué irrespetuoso!
Selena recordó que había mencionado este asunto frente a su abuela ese día y David estaba allí.
Era normal que lo supiera.
“Sí, renuncié.”
David sonrió ligeramente, “Está bien.”
Selena no dijo nada.
“¿Has comido?” David preguntó después de un silencio de dos segundos.
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