Capítulo 51
David se paró allí, con las manos en los bolsillos de su pantalón de traje, viéndola con una mirada fría mientras ella se despertaba.
Selena sintió que no podía quedarse en la puerta hablando con él.
Si ya había venido, debería invitarlo a entrar y sentarse.
Inconscientemente, abrió la puerta un poco más.
La mirada de David se volvió más intensa y la frialdad entre sus cejas se intensificó.
Selena estaba confundida, sin saber qué hacer.
¿Había venido aquí sin motivo solo para mirarla?
David no respondió, haciendo que la mirada de Selena se desviara hacia José.
Todo sucedió en un instante.
José también notó que algo andaba mal, vio que sus labios se movían un poco, asi que rápidamente se adelantó y con las dos bolsas grandes que tenía en la mano empezó.
“Señorita Selena, estamos aquí para…”
Antes de que José pudiera terminar, vio al Sr. Terrén, que había estado de pie todo el tiempo, dar un gran paso hacia adelante, mirándola fijamente.
Selena se asustó y retrocedió inconscientemente.
Como resultado, David entró en la casa en dos pasos, agarró su muñeca, luego su cintura con su mano grande y la atrajo hacia su abrazo. El frío aroma la envolvió al instante.
Luchó instintivamente, oyó a José decir “Señor…” del otro lado de la puerta, luego la puerta se cerró con un golpe.
Selena tembló y dejó de luchar al instante.
José se tocó la nariz, sintiéndose tan dolido que casi lloraba.
¿Qué demonios había pasado de repente?
Los dos dentro de la casa permanecieron en silencio durante un rato. David bajó la cabeza para mirar a la mujer que yacía obedientemente en sus brazos, con la cara enterrada en su pecho, su expresión oculta, solo su cabello esponjoso y natural, desprendiendo un ligero aroma.
Ella era tan dócil, como un gatito asustado, que ni siquiera se atrevía a moverse.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Caída y el Rescate del Amor Novela