Capítulo 913
El dolor casi le hizo llorar, pero se lo aguantó, y no se atrevió a gemir.
Ambas manos intentaron agarrar la manija de la puerta al mismo tiempo.
Selena, al contemplar su semblante, no pudo evitar extender su mano y acariciar su propia frente. Se vela que le dolia mucho.
“¿Qué fue ese ruido?”
Una voz conocida y severa sono en ese momento. Elio se quedó rigido, pero finalmente logró agarrar la manija de la puerta.
David camino desde el balcón, su mirada se quedo fija en Selena. Observó cómo su mirada permanecía enfocada en la puerta, pero al escuchar
su voz, finalmente giró la cabeza para mirarlo. Había algo de compasión y timidez en su mirada, su expresión era muy sutil, no se podia describir Frunció el ceño y se dirigio hacia donde ella habia estado mirando.
En ese momento, Elio acababa de abrir la puerta, pero antes de que pudiera salir, escuchó un sonido aterrador detrás de él.
¿Qué estas haciendo?”
Elio se quedó helado al instante.
Después de un rato, se giró lentamente, cubriendose la nariz y riendo un poco.
“David Qué casualidad, acabo de llegar…”
David frunció el ceño, su mirada barrió la manija de la puerta que Elio tenia en la mano, luego lo miró y dijo friamente: “Acabas de llegar?”
“Claro” Elio asintió repetidamente.
“¿Para que abres la puerta si acabas de llegar?”
¿No debería ser el quien sostuviera la manija de la puerta desde el exterior si acababa de entrar?
¿Le tomaba por tonto?
Al oir esto, Elio soltó la manija de la puerta y esta se cerró con un golpe.
Viendo su movimiento, la mirada de David se volvió aún más fria
“Elio…“, resono nuevamente esa gélida voz, y el apresuradamente respondió: “David, acabo de entrar. Selena me llamó para que trajera algunas cosas, ¡de verdad que no vi nada! Ah, vi a un camarero salir de la habitación. Jajaja. Buenos dias, David…”
Elio terminó de hablar y luego se cubrió la nariz.
Sentia la nariz húmeda, bajó la vista y vio que era sangre roja.
Dios mio!
Elio sintió un escalofrio.
Habia sangrado por la nariz!
Qué mala suerte
No habia sangrado en años, pero ahora se había golpeado contra la puerta.
Pero, ¿por qué el aire alrededor de repente se volvió tan frio?
Las palabras de Elio habían sido claras y, además, se encontraba sangrando en ese momento. Sin embargo, por alguna extraña razón, sentia como si hubiera caldo en las heladas aguas del Mar Artico
“¿Qué es lo que viste recién?” Mientras tanto, una figura fria se acercaba lentamente, su voz era tan fria que era indescriptible
Elio no pudo hablar, “Yo… No vi nada…”
Apenas terminó de hablar, recibió un puñetazo
Dios mia!
Elio se apoyó en la puerta, mirando aterrorizado a su propio hermano.
“Estoy sangrando por la nariz! ¿¡Y todavia me golpeas?!”
Era tan injusto!
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