Ethan no pudo evitar la corriente de placer recorrerlo al darse cuenta de que el intento de escape de la mujer fue infructuoso.
—¡Anda! ¡Muévete! Que solo estoy buscando una excusa para meterte una bala en la cabeza —espetó el hombre sin ocultar el desagrado por la mujer.
Sin embargo, ante sus palabras, ella permaneció inmóvil, sintió como el hombre con una mano le quitó el armamento, colocándoselo en la pretina del pantalón, y con la otra seguía apuntándola; luego la revisó exhaustivamente, primero encontró las dos armas en su cintura, se las quitó y las metió en sus propias ropas. Después comenzó a requisarla, pasando su mano desde el nacimiento de los senos, por las costillas hacia su vientre.
—O dejas de mover tu m4ldita mano en mi humanidad, o juro que voy a agarrártela y triturártela hasta que no te quede un solo hueso de tus dedos ileso, y no importa que me pegues el tiro en la cabeza, porque es eso preferible a tener tus asqueroso tacto encima de mí.
Pese a sus palabras, no pudo evitar la corriente de excitación recorrerla, sobre todo cuando el hombre, haciendo caso omiso de su amenaza, la acarició en su parte íntima, un leve jadeo salió de la boca de la chica, quien jamás había sido tocada en ninguna parte de su cuerpo y vivir por primera vez esa experiencia, desató en ella un vendaval de emociones, deseos, al punto que terminó arqueándose hacia atrás y recostando su cabeza en el pecho del hombre, en contra de su voluntad.
Verla abandonada encima de su pecho, produjo sentimientos encontrados en el hombre y si bien no le fue indiferente, los recuerdos del pasado surgieron de manera arrolladora, provocando una creciente rabia en su interior.
—Te la das de digna, aunque sigues siendo la z0rra de siempre —susurró a su oído y eso resurgió la rabia en ella, sin pensar, dio un leve giro, le metió un rodillazo en la pelvis, lastimando su masculinidad.
—Z0rra tu abuela ¡Malparido! —producto del dolor, Ethan se dobló, mientras expresaba una maldición y daba una orden a sus hombres.
—¡Maldit4 seas perr4! Si corre no duden en dispararle, no se cohíban, por nada del mundo la dejen escapar —gritó enfurecido a los hombres, quienes de pronto salieron de los sitios donde estuvieron escondidos esperando su reacción.
Blake empezó a correr, mas al escuchar sus palabras se detuvo, sobre todo al sentir una bala pasar muy cerca de ella, se quedó desconcertada, porque no esperó que el hombre fuese capaz de reaccionar de esa manera y mandarle a disparar, suspiró con impotencia al darse cuenta de que después de todo no iba a poder huir y eso la estaba desesperando, porque consideraba que el tal Ethan estaba loco y no temía a nada, aparte no tenía límites.
Cuando se giró, el hombre estaba incorporado, pese a ello, seguía manteniendo su mano cubriéndose su intimidad y la miraba con odio.
—¡No vas a poder conmigo Madelaine Lawson! —se acercó a ella de forma peligrosa y levantó su rodilla golpeando su intimidad de la misma forma que ella lo hizo con él momento antes, haciéndola caer al suelo privada del dolor—. Ten en cuenta de que actuaré exactamente como tú. Cuando te abofeteé me dijiste que si yo te golpeaba me regresabas el golpe, lo mismo te digo ahora yo, si me golpeas te golpeo, si me acuchillas te acuchilló. Ahora debes entender que ya no eres importante para mí, solo me inspiras desagrado. Ya no me importa tu dolor, ni tu sufrimiento, mientras más incómoda estés, más complacido estaré yo.
» Agárrenla y llévenla donde estaba encerrada y esta vez sin comida ni agua por tres días —espetó sin contener su creciente enojo.
Dos de los hombres de Ethan la levantaron, llevándola prácticamente a rastras, Blake lo miró con absoluto odio, las lágrimas intentaron brotar de sus ojos, pero las contuvo, porque jamás daría signos de debilidad, la llevaron hasta donde estuvo encerrada antes y la tiraron en la cama, aunque en esta oportunidad retiraron las sabanas previamente, se quedó en posición fetal, pensando que quizás esta vez no podría salir de allí, y por un breve instante, solo por un leve momento, le pesó haber escapado de su familia.
*****
Ethan estaba furioso, sentía aún el dolor del rodillazo que ella le propinó en las bol4s, golpeó la mesa con fuerza, justo en ese instante entró Bronw a su despacho.
—¿Qué pasó? ¿Qué noticia me tienes? ¿Fuiste donde los Lawson? —interrogó el hombre con inquietud.
—Es extraño, tocamos y no salió nadie, por eso decidimos entrar a la propiedad, la casa estaba solitaria, sin embargo, lo más sorprendente fue que al entrar no había nada en la casa.
—¿Cómo qué no había nada? —interrogó Ethan más por parecerle irreal sus palabras, que por no entender.
—Eso mismo, no encontramos nada, la casa estaba vacía, se llevaron todo, ni un solo objeto, cuadro, mueble, incluso las paredes tenían manchas como si tuviesen filtración, aunque no tenían, es como si alguien hubiese preparado todo el escenario para dar la impresión de que esa casa nunca estuvo habitada. Traje fotografías y grabé un vídeo para que viera.
Ethan frunció el ceño, mientras comprobaba en el video.
—Investiga, con los vecinos, la gente de servicio que trabajó allí, cualquiera de ellos puede tener información que nos permita saber que les sucedió a los padres de Madelaine.
—Preguntamos, nadie vio sacar nada y la última vez cuando los vieron, fue el mismo día que la señora Madelaine lo dejó a usted expuesto a los medios de comunicación, por infidelidad —declaró Bronw con seriedad.
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