La llegada de Felicidad romance Capítulo 16

A la mañana siguiente, cuando Estrella llegó al jardín de infancia, vio el conocido coche negro estacionado en la puerta. Hubo un hombre alto apoyado en el lado del coche, como si esperara a alguien.

-¿Señor Adán?-

Adán guiñó un ojo negro, aterrizó en su delicada carita, se abrió los labios delgados y dijo, -Señora Estrella, subiste al auto, hablamos.-

-¿Hablamos?-

Estrella inquieto se subió al coche, Adán y la calma habitual, y arrojó el acuerdo preparado frente a ella, su voz fría no pudo escuchar altibajos, -miraste, si no hubo problema, pudiste firmarlo.-

Estrella se sorprendió, su mirada se posó en el acuerdo frente a él, no tanto a un acuerdo, que fue más como una escritura.

Pero esta condición fue extremadamente atractiva. la Villa Rouco no necesita fue demolida, y su nombre estuvo escrito de nuevo.

Después de ver esto, Estrella tomó el bolígrafo negro y lo firmó sin dudarlo.

Adán arqueó las cejas, esta mujer realmente no tuvo guardia en absoluto. Ella solo miró el contrato y lo firmó, ¿no tendría miedo de que él la vendiera?

-Desde hoy, fuiste mi esposa nominal, la madre de Paulita, pero no para el mundo exterior.-

Lo que quiso decir fue que no solo quisieron fingir un matrimonio, sino también ocultaron el matrimonio frente al mundo exterior.

-Además, esperé que pudiste tomar una buena mirada en el contenido del acuerdo. No quise que incumplan el contrato.-

Estrella asintió y dijo, -Señor Adán, no se preocupaste, leí este acuerdo con atención.-

Adán frunció ligeramente las cejas y dijo en voz baja, -A partir de ahora, ten que llamarme por otro nombre.-

Ella no reaccionó por un momento, -¿Eh?-

-Llamame Adán.-

Los ojos llorosos de Estrella se encontró con la mirada concentrada del hombre, sus orejas se puso rojas, se mordió el labio inferior y dijo, -... ¿Adán?-

El hombre respondió, -Sí.-

¿Seguro que deseó llamar eso? Pareció no estar familiarizados entre sí.

Adán la miró y explicó, -Para no hacer sospechar a los demás, esperé que pudiste ocultar nuestro matrimonio falso a todos, incluido Paulita.-

-Vale, Señor...Adán.-

Ella se mordió la lengua y frunció el ceño. Por un tiempo, no pudo decir nada.

-Esta noche, te llevé a cenar a la familia Rouco.-

Estrella se sorprendió, ¿fui a ver a sus padres esta noche?

-...¿Fue demasiado rápido? Todavía no estuve listo...-

Adán la miró con indiferencia y dijo, -cuando estuviste lista, es posible que la Villa Rouco pudo haber sido demolida.-

-...-

Estrella movió la boca. Este hombre fue realmente utilitario. Mientras habló de un trato, fue indiferente.

-Si no tuviste otros problemas, pudiste salir del coche.-

-...Bueno.-

Estrella abrió la puerta, y tan pronto como se bajó del coche sosteniendo el acuerdo, el hombre ya había comenzado el coche y se fue.

Este hombre es realmente...

Al vi que le dio la la Villa Rouco, ¡le perdonó!

Estrella entró al jardín de infantes mientras miraba el acuerdo. Tantas reglas le molestaron.

Partido A, Adán.

Partido B, Estrella.

-La Parte B no interfirió con la vida privada de la Parte A. La Parte B debió mudarse a la residencia designada por la Parte A dentro de los tres días. La Parte B debió obedecer todas las instrucciones y arregló de la Parte A...-

¡Este es un tratado de hegemonía!

Estrella frunció el ceño, sacó su teléfono móvil y llamó a Adán.

Cuando entraron en el coche, Adán miró el vestido de la mujer en el asiento trasero en el espejo retrovisor y frunció ligeramente las cejas.

El auto se detuvo frente a una tienda de ropa.

Entraron en la tienda de ropa y Adán miró a su alrededor durante una semana, eligió un vestido y dijo, -Toma este y pruébalo.-

El empleado sonrió respetuosa y cortésmente, -Bien, Señor Adán. Señor Adán, su visión fue realmente buena. Esta fue la nueva llegada de nuestra tienda.-

Estrella llevó el vestido al probador, Adán y Paulita se sentaron en el sofá y esperaron durante mucho tiempo.

El hombre puso la revista financiera en la mano sobre la mesa, se levantó y se dirigió a la sala de montaje y llamó a la puerta con sus dedos delgados.

En el probador, llegó la voz incómoda de Estrella, -Eso ... la cremallera detrás de mí no se pude subir.-

Pensó que fue una empleada y se volvió para abrir el probador, pero no esperó que fue un hombre alto quien irrumpió en el probador estrecho como este.

El hombre cerró la puerta, frunció el ceño con impaciencia y dijo, -Date la vuelta.-

Estrella se mordió el labio y sonrojó y le dio la espalda. Su piel blanca estuvo expuesta a los ojos de Adán.

Adán levantó los ojos negros y su mano, subió la cremallera.

Las frías yemas de los dedos del hombre se deslizaron por su tierna piel, sintió un poco de picazón, y sus mejillas estuvieron rojas.

Estrella se despreció a sí misma en silencio en su corazón, ¿por qué fue tímida? ¡Él solo la ayudó a tirar de la cremallera!

Pero sus latidos cardíacos se aceleraron sin pruebas.

Cuando salió del probador, Paulita saltó y corrió, -¡Guau! ¡Estrella, estuviste tan hermosa! ¡Tú y mi papá combinasteis bien!-

Sus mejillas se volvieron aún más rojo, Paulita frunció el ceño y preguntó preocupada, -Estrella, ¿por qué tu cara estuvo tan roja?-

-estuve un poco caliente.-

-Vamos.-

Adán llevó a Paulita al frente y sonrió.

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