La llegada de Felicidad romance Capítulo 31

Paulita estaba en el pasillo del segundo piso, se puso de puntillas para mirar hacia abajo en la sala de estar, sólo para ver a Estrella sentado en la mesa de café, haciendo fideos instantáneos para comer, el pequeño frunció el ceño.

Aunque no había comido fideos instantáneos anteriormente, pero su padre le dijo que era malo para la salud.

Sonrió y se fue corriendo hacia el estudio con sus dos pequeñas patas.

Adán vio entrar a Paulita, dejó los asuntos que tenía, volvió los ojos para mirar al pequeño, -¿Por qué has venido, ¿dónde está tu hermano, no estaba jugando contigo?-

Paulita se acercó a Adán, utilizando sus dos manos y sus piernas se sienta en las piernas de Adán y preguntó, -Papá, Estrella está comiendo fideos instantáneos. ¿Por qué no le esperamos para cenar esta noche?-

¿Oh? ¿Esa mujer prefiere comer fideos antes que a mostrarle un poco de debilidad?

Adán frunció el ceño, pellizcó la nariz de su hija y una leve sonrisa afloró en sus labios, -Claro que hay que castigarte por hacer algo malo-.

Paulita preguntó con suspicacia, -¿Qué hizo mal Estrella-?

-No es obediente-.

El pequeño pareció entender y asintió con su pequeña barbilla, arrugó su carita y se preocupó de nuevo, como si recordase de algo, se bajó de las piernas de Adán, -¡Papá, voy a ir a armar bloques con mi hermano!-.

Adán acarició la cabeza de su hija, -Vale, vete-

Después de que Paulita saliera corriendo del estudio, su pequeña mano tiró de la puerta, miró hacia Adán con una sonrisa, y cuando vio que su padre no la había seguido, se curvaron sus ojos, cerró la puerta del estudio y corrió rápidamente escaleras abajo.

Estrella estaba comiendo sus fideos instantáneos cuando, Paulita se le acercó de repente cogió su mano y dijo, -Estrella ¿quieres venir a la habitación conmigo?-

Estrella no había terminado de comer, así que miró los fideos y dijo con voz suave, -Paulita, subo contigo cuando termine de comer, ¿vale? ahora tengo mucha hambre-

La pequeña sonrió misteriosamente y se acercó para hablarle al oído con una voz cariñosa, -Hay mucha comida en mi habitación, ¿quieres venir conmigo y comemos juntos? ¡No dejes que papá se entere!-.

Estrella se quedó atónito, y miró a la linda pequeña, su corazón se derritió al verla, no pudo evitar decir la palabra, -Bien-.

Después de que Paulita llevara a Estrella a su habitación, sacó del pequeño armario de una gran bolsa llenos de aperitivos, todos comprados por Adán para ella.

Estrella sonrió y suspiró, -Vaya, cuánta cantidad-.

Estrella se sentó en la alfombra, Paulita llevó un montón de comida delante de ella, sosteniéndolos con sus pequeños manos, y diciendo con mucha generosidad, -Estrella, ¿qué quieres comer?, soy buena contigo, ¡mi hermano me pidió de comer y yo ni le quise dar!

Estrella frotó la cabeza del pequeño, -¡qué linda eres!-

Paulita sacó el pan y la leche y se lo puso en la mano a Estrella, -Estrella, come rápido, más tarde no podrás comer si viene papá-.

No se sabe el por qué, pero mojaron los ojos de Estrella.

Pocas personas habían sido tan amables con ella desde que papá se había marchado, y aunque Paulita era sólo una niña de tres años, sus pequeños gestos la calentaban hasta el fondo de su corazón.

La pequeña torció su carita, y le miró a los ojos, acarició su cara, -, ¿Estrella, lloras porque te has emocionado?-

Estrella sonrió, -Con lo amable que eres conmigo claro que me emociono-.

-Entonces no puedes llorar, de ahora en adelante te voy a tratar mucho mejor. No llores más que te van a doler los ojos.-

Estrella resopló y se rio a carcajadas, cogió a Paulita en brazos y besó su frente.

La pequeña es tan adorable, no tiene nada que ver con su insensible padre, ¡se está dudando de si es su propia hija!

¡La madre de Paulita, tiene que ser una persona muy amigable!

¿De lo contrario cómo podría tener a una niña tan adorable como Paulita?

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