La llegada de Felicidad romance Capítulo 37

Con la mirada de un montón de gente de chisme, Adán andó hacia a Irene Guillén de repente, le forzó al lado de la piscina azul y limpia paso a paso.

Irene estaba asustada en pasos desordenados, le miró con miedo y su voz estaba temblando, -¿Adán... Qué... quieres hacer exactamente?

El hombre en frente se estaba vestido de una negra camiseta fina, las manos metidas en las bolsas, tenía el aura espantoso, él forzó a Irene al borde de la piscina, Le preguntó, -¿Saltas tú voluntariamente o te ayudo yo por eso?

Acabó de hablar, Pum, Irene se deslizó a la piscina detrás y agitó un gran ola.

¡Ah--!

¡Un grito!

¡Adán, Estrella, sois hijos de puta!

Los chicos adinerados de vestidos brillantes se estaban parado al lado de la piscina, después de llegar Adán, volvieron contra ella uno tras otro, señalaron a la pobre Irene que estaba humillada en la piscina, susurraban cínicamente.

Los labios de Adán estaba poco apretados, se volvió abrazando el hombro de Estrella, bajo de las miradas envidiables de todo, salió del paquete medio abrazada por Adán. Irene estaba en el agua viendo sus espaldas y que se iban ellos, apretó las manos, agitó fuertemente en el agua, una feroz venganza pasó por sus ojos, -¡Estrella, te haré pagar por eso!

……

Aunque fue el inicio de verano, hacía poco de fresco por la noche en la Ciudad Santa, salieron del hotel, hacía un viento fresco, Estrella sentí un escalofrío, se. abrazó con sus brazos, se envolvió más fuerte a su mismo.

Ella juntó el traje en su cuerpo, mirando a la espalda del hombre tieso que andaba en frente de ella, mordió la comisura inferior, por fin dijo con gratitud, -Adán... gracias por salvarme esta noche.

EL hombre no le contestó nada y ando hasta el lado d coche, Estrella pensó que no lo oyó, se animó y le dijo otra vez, - Gracias a ti esta noche...

No lo había terminado todavía, Adán estaba mirando hacía bajo, le estaba chequeándole con los ojos, que no se distinguió la feliz o rabia, -Hiciste gestos amenazadores como un erizo en frente de mí, y ¿Por qué te sometiste a las afrentas en frente de Irene?

La carita de Estrella de puso en roja, -¿cuándo yo me sometía a las afrentas?-

-¿No lo fuiste cuando te caíste en la piscina tan acorralada?-

-Antes de eso, también le dejé muy vergonzosa, sólo no lo viste. Por eso, se añade y me empujó a la piscina. No iba a perder si no me viniste a salvar.-

Adán le miró que estaba enfadada con la mirada penetrante, le parecía grasioso sin razón, -¿Oh, pues también podías solucionar el toque el suelo con la frente?-

-¡Fue imposible que se lo hiciera a Irene! -Dijo ella.

Su maquillaje de carita estaba perdido, con su forma enfadada, le parecía gracioso, pero Adán quedó atontado mirándole.

Antes de que Estrella se dio cuenta de que el hombre le estaba mirando con la mirada abrasadora, el hombre se había vuelto y dijo, - Sube el coche.

Cuando subió al coche, Estrella estornudó sentada en la silla de pasajero, Adán le puso la calefacción sin decir nada.

El Spyker negro estaba corriendo suavemente en la carretera, las luces de neón nocturnas de la ciudad se refractaron en la ventana, las luces pasaron por la cara guapa del hombre, Estrella le miró a hurtadillas con cuidado, le preguntó chapurreando, -¿No dijiste que tuviste un compromiso esta noche, cómo tuviste tiempo?-

El hombre le echó una vistazo, - Se había terminado pronto.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La llegada de Felicidad