La Mala es la Nueva Mimada romance Capítulo 3

Joana se giró y vio que el recién llegado no solo había entrado sin ser invitado, sino que también había abierto la puerta del dormitorio con una actitud arrogante y prepotente.

Al verla así, un destello de sorpresa intensa cruzó por el fondo de sus ojos.-

El intruso era Víctor Navarrete, uno de los pretendientes de Vanesa Lorente y, por supuesto, uno de los culpables de su caída en desgracia.

Vanesa, alguna vez prometida de Ezequiel designada por su abuelo, de repente fue reemplazada por una mujer tan indigna. Ezequiel negó los rumores y la desacreditó, afirmando que no se comparaba a Vanesa en ningún aspecto, y la mantuvo a su lado a toda costa.

Este comportamiento hirió profundamente el orgullo de la señorita Lorente.

Ella creía que esta mujer fea no era digna de su Zeki.

Además, insultó su posición como futura esposa de la familia Atlas, un lugar que Vanesa consideraba suyo por derecho propio.

El hombre que irrumpió en la habitación, Víctor, era el pretendiente más desquiciado de Vanesa.

Incluso después de que ella se casó con Ezequiel, Víctor, para ayudar a su diosa a obtener la posición de señora de la familia Atlas, arregló que cinco hombres la asaltaran.

Quería grabar un video para mostrárselo a Ezequiel, para que supiera que ella no era más que una mujer despreciada...

Pero al final, Ezequiel llegó a tiempo, la abrazó en su momento más desesperado, y la consoló con cuidado: "Jana... estoy aquí... no tengas miedo..."

Pero ella lo rechazó fríamente: "¿Qué haces aquí?"

"¿Por qué no es mi Robin? ¿Por qué siempre eres tú? ¡Vete!"

En ese entonces, ella ya estaba cegada y veía a Ezequiel como si fuera un demonio. Pero ahora, reflexionando, se dio cuenta de que, aparte de Ezequiel, todos los demás la veían solo como una herramienta útil.

“¿Tú... quién eres? ¿Dónde está esa inmunda Joana?”

“¡Cállate! ¡Jamás me gustaría alguien tan vulgar y fea como tú, una loca!”

Víctor, furioso, escuchó esa actitud claramente provocadora y supo que era esa mujer fea sin duda.

“Mejor así... Si no te gusto, ¡sal de aquí!", respondió Joana con frialdad. Si bien Ezequiel la intimidaba, ¡no por eso iba a agacharse ante estos patéticos tipos!

"¿Anoche... ustedes...?", preguntó Víctor con voz temblorosa, la ira dando paso al miedo.

Víctor observó la cama revuelta y el rostro ruborizado de Joana. Debió sentir alegría al saber que Ezequiel había caído ante ella, lo que podría acercar a la diosa a él. Sin embargo, en ese momento, una extraña sensación de desilusión lo invadió.

"Oh, anoche tuvimos un poco de 'contenido para adultos'", dijo Joana con una sonrisa pícara, arqueando las cejas con un toque de arrogancia.

"¡Tú... Joana, eres una desvergonzada! ¡Una zorra!", gritó Víctor, la ira reemplazando la confusión que lo embargaba.

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