La mate de Hades. romance Capítulo 36

Los labios de sky estaban sobre los suyos, sintió repudio de ella misma en ese momento. La saliva de él en su cuello la hacía sentir impotente, quería empujarlo en ese momento, alejarle de ella, eliminarlo de la faz.

—Ónix, creí que me harías luchar mucho. Pero no fue difícil. —Aquellas palabras se referían a ella como una fácil, como una puta, cosa que no era. Aquel hombre no lo sabía, pero ella deseaba cortarle la cabeza.

En un rápido movimiento él quedó bajo ella, y esta con ropa interior se balanceó sobre él. Las manos de ella abrazaron el cuello de él, apretándolo con rabia y enojo, mientras ese masoquista hijo de puta sonreía.

—¿Te gusta que te apriete, amorcito? —Los ojos de ella estaban fijos en los suyos, los labios de Sky rápidamente se entreabrieron dando a ver que ya no podía respirar por la nariz, él la miró, pero ya no había placer en sus ojos.

—¡Sky tenemos que…! —La voz de Percy llenó los oídos de ambos, las manos de ella se retiraron lentamente de su cuello, fue un momento incomodo, pero solo para la persona que llego, dado que Ónix se levantó prácticamente presumiendo su buen cuerpo, su ropa interior color rojo vino hizo que un ligero sonrojo se posara en sus mejillas. Su mirada se apartó en muestra de respeto, pero era evidente que ya había visto mucho.

El cuerpo de ella fue cubierto por una de las sabanas y vio a sus pies su ropa, las dejó ahí, porque ese sería el único recuerdo que podría tener él de ella, se iría esa misma noche de aquel lugar.

Su cuerpo se dirigió hasta donde era su supuesta habitación. Había durado en ese lugar alrededor de tres meses y sentía que su mundo se iría a la mierda si duraba un poco más ahí, fue hasta el baño donde su cuerpo fue lavado, quería pensar que esa agua era bendita, quería deshacer los besos de Sky que los sentía como una maldita maldición, sus manos pasaban por su cuerpo y sus uñas rasgaban su piel dejando en ella marcas rojas.

Deseaba sangrar, ver su dolor físico, deseaba sentir un dolor externo más allá del que había en su alma. No sabía cuánto arrepentimiento tenia, pero si sabía que lo hacía, sus ojos picaban, sentía que las lágrimas que salían no eran suficientes, dado que ella era la única culpable, fue ella, solo ella y por ella.

—¿Por qué vivir es tan difícil? —Se preguntó a ella misma, pero todo ser que respiraba lo sabía. Unos pueden vivir su vida cómodos y hacer que alguien más se preocupe por ella.

Su corazón latió fuerte de repente, el pesaba. Un sonido fuera de la habitación la alarmó, rápidamente salió de la ducha tomando una toalla envolvió su cuerpo.

—¿Quién anda ahí? —Preguntó al salir de la habitación, al hacerlo vio a quien no esperaba ver en aquel lugar.

—Vaya, veo que las marcas que produce el amor no solo son internas.

—¿Qué es lo que quieres, Rea? ¿tirar tu veneno? ¿no tienes que irte a lanzar sobre Percy? —Sus palabras habían ocasionado que el cuerpo de la mencionada fuese rápidamente hasta el de ella.

—Creo que has olvidado que eres una omega, aquí y donde sea.

—Me he vuelto fiel creyente de que quien quiere ser como tú te va a pisotear todo el tiempo, ¿Qué pasa Rea? ¿quieres volver a ser la protegida de Sky y follar con él? O mucho mejor… ¿cogerte a Sky y Percy juntos? ¡dime! Cumpliré tu deseo, alfa. —Aquellas palabras venían con burla y con una pizca de sarcasmo.

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