La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 9

Jacob sintió como si le regresaran la vida, de los pocos que había con el mismo tipo de sangre que yo sólo había uno que al que no habían podido localizar, y era porque en el banco de sangre le tenía un nombre falso, y cada que renovará la sangre el nombre, cambiaba manteniendo un código para usar la sangre en caso de emergencia. Ahora tenía a esa persona frente a él, ella podría hacerse los estudios y quizá podría ser compatible conmigo. Jacob redujo la distancia entre los dos y tomó los hombros de Sasha.

—Tú... tú tienes un código de seguridad para sacar del Banco de sangre tu propia sangre, ¿verdad?

Sasha no comprendía a donde quería llegar Jacob.

—Mi pulsera lleva el código —pero ahora Sasha tenía una duda, así que de inmediato preguntó—. ¿Cómo sabe sobre el código?

Jacob la abraza.

—¡Dios! Esto es un milagro —se separa de Sasha—, vuelve donde Samantha por favor.

Sasha salió del estudio aturdida tanto que cuando le hable no contestó, estaba preocupada por ella, no sabía lo que había sucedido en el estudio aunque fue corto el tiempo que estuvieron dentro.

—¡Sasha! —le grité y fue cuando recobró los sentidos—, ¿que te hizo?

—Nada, sólo se alegro por mi tipo de sangre y hasta me abrazó.

Abrí mis ojos por el asombro, y luego sólo recé para que no se hubiera hecho ilusiones sobre un transplante, aunque hay 50% de posibilidades de ser compatible, hay otro 50% de no serlo. Jacob evitaba poner sus ilusiones, y si eso pasaba, la caída sería peor.

—Sasha, ve a descansar.

Sasha asintió y subió las escaleras. Miré a Ramón.

—Ramón, si empieza a destrozar el estudio, déjalo, pero si quiere salir, sólo dígale que lo estaré esperando para hablar con él.

—Sí, señora.

***

Justo después de que salió Sasha del estudio, Jacob llamó al doctor:

—Doctor, encontré a la persona que faltaba hacer estudios... ¿cuándo puedo llevarla para hacerle los estudios?

El doctor se quedó estupefacto cuando escuchó a Jacob, y luego recobró la compostura:

—Señor Martínez, se puede hacer el examen el día que quiera si la persona está saludable pero... —ese pero no le gustó a Jacob, él sabía que había 50/50 de posibilidades.

—Ya sé que es un 50/50.

El doctor suspiró:

—No me refería a eso, señor Martínez... señor, usted olvidó lo que hablamos la última vez, así que se lo recordaré, el tiempo para hacer un transplante de médula ya se terminó, aunque encuentre a la persona adecuada, no se podrá hacer, y si insiste, sólo le aseguró la muerte anticipada de su esposa.

—No, no no no... No me puede decir que ya sólo me queda ver morir a mi esposa.

—Lo siento, señor Martínez, ya no hay nada que se pueda hacer.

Jacob terminó la llamada. Cuando aventó el teléfono, se hizo añicos al impactar contra la pared, no conforme tiro todo lo del escritorio, gritó pataleo todo lo que había en el estudio mientras lloraba de impotencia.

—¿Por qué? ¿por qué?.... si tan sólo la hubiera encontrado antes....

Después de destrozar el estudio, aún no se desahogaba, así que salió del estudio con la intención de salir de la casa.

—Señor, la señora me pidió que le dijera que quiere hablar con usted.

—Hablaré con ella mañana.

Dijo Jacob y Ramón sabía que yo no quería que saliera, así que le dijo a Jacob.

—Le diré entonces a la señora.

—Ramón no te pases de listo.

—No lo hago, señor, sólo sigo órdenes de la señora que supongo aún estará despierta.

Ya con eso Jacob se sintió impotente por mi actuar, así que subió para entrar en nuestra habitación, yo estaba leyendo un libro que ya había leído.

—¿Por fin terminaste con el estudio?

—¿Sam, por qué me haces esto?

—Sólo no quiero que te vallas a hacer daño... y debemos hablar de Sasha, no quiero que le hagas un examen sólo para estar seguro de que no somos compatibles, ella no es culpable de que no la pudiéramos encontrar a tiempo, así que no quiero que se sienta culpable por no ayudarme a tiempo.

—Sam... —lo interrumpió cuando levantó la mano.

—Hoy fuiste testigo del terror que le tiene Sasha a su madrastra, y también que es transparente con nosotros, llegué a la conclusión que quizá si no estuviera con otro nombre su sangre, quizá ella ya estaría muerta...

—Quizá no fuera así.

—¡¡DEJA A SASHA!! —le grité porque no quería que le guardara rencor—. La única forma en que Sasha hubiera podido ser mi donante es que ella no tuviera tal madrastra y media hermana, lo entiendes, ¿verdad?

Jacob procesó lo que le dije y asintió, lo cual me hizo sentir más tranquila, lo que jamás imaginé es que dentro de Jacob había un rencor hacia la familia de Sasha, así como odiaba a su propia familia o aún más, porque gracias a sus acciones tan desagradables e inhumanas, jamás podría saber si éramos compatibles y saber si realmente debía morir.

—Hay que dormir, Jacob.

—Claro cariño.

Al día siguiente Jacob mandó por el doctor quien llevó lo necesario para hacer un examen rápido a la sangre de Sasha, la cual estaba bien para ser donada, le sacaron lo más que podía donar una mujer pero la sangre se quedó en casa en un refrigerador especial. Después de irse el doctor, Jacob tuvo que ir a la empresa. Al llegar se dio cuenta que no habían bajado la bolsa que llevaba Sasha. Al tomarla y sentir el peso, abrió la bolsa y vio la planta que estaba dentro y en flor, sonrió y negó con la cabeza.

«La llevaré arriba, si la dejó aquí, se marchitara»

Pensó Jacob y subió al ascensor con la bolsa en la mano. Las secretarias no dijeron nada aunque les parecía extraño. Jacob entró y dejó la maceta sobre el escritorio. En ese momento entró Joel su mejor amigo, y se acercó con sigilo y miró la planta.

—Nomeolvides.

Al escucharlo Jacob—¿Y quién quiere recordarte? —le dijo en broma para irritar a su amigo.

—Sé que soy muy importante para ti, pero me refería a la flor que se llama nomeolvides.

Jacob frunció el ceño.

—Qué clase de nombre es ese.

Joel encogió los hombros:

—La persona que te la regaló debe querer que la recuerdes... hay varias historias detrás del nombre, una es de un enamorado que le quiso regalar esta flor a su amada, pero cuando la arrancó, calló al río y antes de que se ahogara, le dijo a su amada “no me olvides”.

—No creo que fuera para mí, la compró Sasha la amiga de Sam.

—En ese caso es para no olvidar a Samantha, se dice que es la guía para los muertos y reconforta a los vivos —al ver que Jacob volvió a fruncir el ceño, antes de que preguntara, le contó la historia de cómo Dios le dio el nombre y su propósito. Jacob pensó en su promesa a mí y decidió quedarse con la planta para recordarle su promesa.

—Pediré una maceta adecuada para tenerla aquí.

—Jajaja le robarás la planta a la chica.

—No creo que le importe si me la quedo.

—Ok señor presidente, ahora dime ¿para qué me llamaste?

—Sólo para saber cómo va la investigación y también ver la propuesta para encontrar los errores.

Joel le dijo a Jacob que aun no terminaba la investigación. Joel supo lo que yo pretendía, son Sasha y Jacob, a Joel le pareció bien mi idea pero no lo dijo en voz alta, revisaron los documentos de la propuesta hasta entrada la noche. Jacob ese día no fue a dormir a casa, pero llegó al día siguiente.

Al estar bordando, Sasha recordó la planta y empezó a buscarla por todos lados.

«Quizá se quedó en el auto»

—¿Qué buscas? —preguntó Jacob al ver a Sasha mirando la cochera.

—Yo.... me preguntaba si se quedó en el auto una planta.

—La dejé en mi oficina, espero no te importe.

—Si le gustó, es toda suya.

Sasha sonrió con gentileza, a Jacob le agradaba el carácter de Sasha, aunque no sintiera amor por ella o alguna clase de atracción, le empezaba a agradar bastante.

Los días empezaron a pasar lento. Sasha se iba metiendo en los ratos libres de Jacob, sobre todo en las noches lo mandaba a dormir o le preguntaba sobre ¿cuánto tiempo llevaba en lo mismo? y lo mandaba a distraerse.

Jacob a petición mía trataba de prestarle atención a Sasha, y lo que le llamó la atención fue su pulsera especial de alerta médica, a simple vista era una pulsera en oro blanco normal con diseño de grabado de ramas y hojas con el símbolo de alerta médica en medio, si no supiera lo que significaba, él pensaría que es un decorativo solamente. Pero detrás esta la información de Sasha así como la mía, sólo que la mía era más evidente que era una pulsera de alerta médica.

Al principio logré esconder que me sentía cada día más débil, pero al pasar los días fue inevitable porque uno de los días definitivamente no me pude levantar de la cama.

—Dormilona, es hora de desayunar —dijo Sasha al entrar, pero dejó de hablar al mirarme, para ella estaba más pálida de lo normal y con los labios resecos—, ¡oh Dios mío! Sam, Sam —se acercó a mí y traté de sonreír.

—Sashis, no me siento bien hoy.... quiero ver a mis padres, llama a Jacob.

Sasha asintió con la cabeza, y tomó su celular. Esperó hasta que dejó de timbrar, volvió a marcar y conforme esperaba en la línea, se ponía un poco ansiosa, pero por fin contestó Jacob.

—¿Pasó algo grave? —preguntó Jacob sin importar que estuviera en una reunión.

—Sam no se siente bien hoy y pidió ver a sus padres.

Al escuchar a Sasha, Jacob de inmediato se puso de pie.

—La reunión terminó —miró a Orlando quien de inmediato entendió la mirada triste de Jacob—. Sasha, iremos por ustedes, arregla a Sam por favor.

—Sí, está bien —ambos colgaron. Sasha sacó ropa mía, era un vestido blanco estampado de rosas rojas, me gustaba mucho ese vestido, con mucho cuidado me lo puso y después me peino y me maquillo un poco.

—Sasha....

—Dime Sam.

—Prométeme que jamás dejarás sólo a Jacob y lo cuidarás.

—Sam, no hables así.... Sólo es un día malo.

—Intentas animarme a mí o a ti.... es inútil que intentes tranquilizarme, no tengo miedo.... bueno, sólo si no me prometes que no dejarás sólo a Jacob y lo cuidarás.

—Te prometo que lo cuidaré y no me iré de su lado a menos que encuentre el amor de otra mujer.

—No hay mejor mujer que tú para él... pero me conformo con esa promesa... —vi cómo los ojos se le llenaron de lágrimas y cayeron, pero de inmediato las limpio—, ¿Sasha?

—¿Sí?

—Te quiero como si fueras mi hermana.

Sasha se me quedó mirando y pensó en sí, me quería sólo como amiga, pero se dio cuenta que era más allá, así que dijo:

—También te quiero como si fueras mi hermana.

La puerta se abrió y era Jacob.

—Sasha, prepara unos cambios de ropa te irás con nosotros.

—Sí ya los arreglo.

Sasha salió de la habitación y Jacob se acercó a mi.

—Te puso más bonita de lo que eres... —besó mis labios aunque fue un beso, se sintió la tristeza que sentía Jacob—, ¿mi amada mujer, quiere ir acostada?

—Quiero mirar por la ventanilla.

—Será como digas —me tomó en brazos con más cuidado del que antes había tenido. Yo me abracé a su cuello, era tan cálido ir en sus brazos y oler el jabón de rasurar y su colonia favorita tomillo. No me percaté que los empleados estaban al lado de la puerta para despedirnos, ya que escucharon el helicóptero y por la hora sabían que era porque mi condición era bastante mala o ya estaba por terminar mi vida.

Sasha llevó sus tesoros y tres cambios de ropa, al llegar al primer piso vio a sus compañeros.

—Nos veremos mañana —dijo Ramón.

—Conduzca con cuidado y ustedes cuídense —les dijo Marcelo y a clara la ama de llaves, después de un breve abrazo, salió de la casa directo al helicóptero donde ya Jacob me había acomodado en mi lugar y esperó a Sasha, abajó para ayudarla, le puso muy bien los cinturones y ella estaba en la ventanilla contraria y Jacob frente a mí.

—Podemos irnos capitán —dijo cuando miró que todo estaba listo, miré cómo la casa se hacía cada vez más chica y los árboles de la entrada en flor, y lo verde de los campos sembrados con alfalfa parecía césped desde arriba ,y algunos puntos negros que eran las vacas que pertenecían a la lechera, aunque la vista verá hermosa, mi cuerpo se sentía muy débil, demasiado débil, pero mi voluntad de ver a a mis padres era más grande, y después de unos minutos, se empezó a ver los edificios de la gran ciudad y una calidad de autos en las autopistas, y el helicóptero aterrizó en el patio de nuestra casa en la ciudad.

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