Al llegar la mañana Katty se despertó, pensativa salió a la cocina, saco una taza amarilla y echo una bolsa de té dentro. Al tiempo que pensaba con Jack en su vida con él en El Dragón Dorado fue, de ensueño, los tratos que recibió en aquel lugar era, de una reina. Y de pronto todo cambio. Ella aceptaría su vida y pensar muchas veces en lo que haría ante, de hacer dos pasos a la vez.
Desde el día que Jack, la trato dulcemente y la beso. Ella sentía un poco de afecto por él. Desde entonces apena había intercambiado palabras con él. Él no la llamo, tampoco le ha escrito.
Inicialmente, pensó que echaría de menos, que la atormentara, pero estaba decida a olvidar esos momentos. El Jack, que había considerado una persona que cambio y era diferente a por un breve tiempo, era solo una fantasía en su mente.
Si la quería de verdad, no la mandaría hacer cosas, tan difíciles como enfrentar unos bandidos poniendo su vida en peligro.
Pero, ya todo eso pasó y hacen parte del pasado, tenía que levantarse y seguir caminando sin rumbo, a volver a ser como una tonta frente de él. Siendo una carne blanda y debilitada frente a su masculinidad. Tenía que poner un punto final a ellos.
Tomando el último sorbo de té, se levantó de la mesa y fue al dormitorio, se cambió y se cambió, portando una falda suelta, y camisas bien pegada. Su mente estaba lista a vengarse al mismo tiempo quería dejar todo atrás. Pero ella misma no se permitiría ser tan débil frente a él.
Llego a la empresa, sabio a su oficina, hecho un ojo el, no estaba en su despacho, lo cual, supuso que él no había llegado al trabajo. Fue hacer una taza de café.
Cuando volvió y encontró un ramo de flores enorme en su escritorio, tenía una carta, de disculpa. Pero en su mente nunca llego el nombre de Jack, por lo que estaba segura de que Harry le envió flores y se está disculpando por no llamarla todos estos días.
Una sonrisa se dibujó en su cara. Jack la estuvo viendo desde la cámara de control. Sin pensar que en la cabeza de Katty no está su nombre. Ni tampoco la idea de que las flores son su regalo. La sonrisa en la cara de Katty le dio la idea de que es una manera de acercarse a ella. Sería una manera de compensar todo el daño que él le ha causado.
Katty tiende en sentir afecto por Harry, la llama en el almuerzo, para hablar con ella. Y ella no le menciona nada de las flores, teniendo en cuenta que él, la llamo, pues quien las envió fue Harry. Regresa a la empresa, su cara se mantiene sonriente, no ha tenido contacto con Jack desde la mañana, anda sin estar preocupada de él.
Jack envié un mensaje para que ella, entre a la oficina, necesita verla. Ella remite el mensaje diciendo que puede enviar un correo, desafiando su autoridad. Ella no mira ni siquiera la dirección donde está su oficina. Jack decide no enfadarse porque ella, tiene razón en tratarlo así. Él fue injusto con ella.
Cuando llega la hora de partida, ella encuentra su neumático sin aire, se enfada por esta acción, pide un taxi para ir a su casa. En este instante aparece Jack, le dice que la quiere llevar, pero ella rechaza su oferta con el ceño fruncido.
Jack arquea la mirada, muestra enfado reclamando obediencia.
_ ¡Te llevaré a casa, y sin pero!
_ ¡En este caso, solo eres mi jefe y nada más!
Esta respuesta no es la que esperaba Jack, se enfadó y la metió al carro a la fuerza, cerro la puerta y abrocho el cinturón. Katty estuvo indefensa, porque Jack es muy fuerte y robusto.
Katty no intento nada, se queda en pleno silencio, Jack tampoco dice una palabra, llega a su residencia Jack frena el coche bruscamente. Ella se baja sin dirigirle una palabra. Él arranca su coche y se marcha.
Katty sube a su apartamento enojada, y aguantando el nudo que se formó en su garganta por no decirle a Jack todo lo que estaba por salir. Al entrar golpeó muy fuerte la puerta que sonó hasta abajo.
Cuando se sentó en su magnífico sofá, no había levantado la vista para ver claramente que este sofá, no era la que había dejado en la mañana. Cuando ella jala un cojín para reposar su cabeza y pensar en como estuvo su mañana testeando con Harry, sintió que la textura de sus cojines no eran la misma. Perpleja por lo que siente, abre los ojos bruscamente observando el lugar.
Su sofá, era aún más grande y más lujosa, combinaba con todo en la casa. Su repisa también fue cambiada. Miró su llave para confirmar que no entro en un apartamento que no fuese el su yo. Esos cambios en su casa, la dejan sorprendida. Y corre al dormitorio llevándose una mayor sorpresa. Frente a la puerta, su cara tenía diseñada la mil extrañas emociones, por lo que acababa de ver. como podía explicar tal cambio es imposible. Las palabras se atrabancaron en su garganta sin poder salir de su boca. Los ojos se pusieron rojo.
No podía creer, tampoco tenía idea quien había hecho aquello. Pero solo un nombre le vino a la cabeza Jack. Frente a la puerta, sin poder decidir si entrar, o quedarse parada en la puerta, por lo que sus ojos, estaban viendo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La secretaria Indomable