En la empresa, había muchos de los inversionistas, que eran guapos y jóvenes de familia muy adineradas.
Jack entró y todo se pusieron de pie, para recibirlo como se merece. La silla con la encabezada de oro y cuero de león es la silla más codiciada de la empresa. Quien algún día que no sea los hijos de los Bill, que maneje esta empresa. Como todo sabían que Jack era un chico de pura disco.
Sus ojos estaban iluminados, hasta que algunos hicieron comentarios provocativo, dejando en cuestión si Jack era un chico calificado para manejar la empresa, ya que solo se la pasa en disco y viajando para satisfacer sus deseos exótico no duraría mucho. La empresa iría a la banca rota, pues alguien más estaría, Disponible para manejar el negocio de los Bill.
El carácter de Jack, aparte de ser atractivo y muy deseoso, era fuerte, cuando se trataba de negocio, su mirada penetrante te llenaba de un aura de nervios y temor. Nadie sabía el lado oscuro de él, ya que es la primera vez que aparece en la compañía, algunos tenían intención de dejarlo mal parado, pero un chico de los suburbios sabía más que los propios empresarios e inversionista de la empresa.
Es la razón que Don Marcelo, lo dejo a cargo. Había inversionista con otras intenciones, pues el único con el carácter mucho más fuete que el propio Marcelo, el jefe Bill, era el Jack Bill.
Dominaba las mujeres, con su cuerpo y miraba, y dominaba los mafiosos con su puño e inteligencia. Era un Bill, pero ya tenía su patrimonio hecho a un lado, era un magnate de los suburbios, nadie en las calles primavera, nadie se metían con él. Su nombre hacía temblar muchos mafiosos.
Jack era un recién llegado, muchos aprovecharon la oportunidad para hacer propuesta indecentes, y con intenciones oculta pintándolo de una manera que traería frutos para la empresa.
Jack entendió, y una sonrisa se dibujó hasta sus orejas. Era prácticamente joker en la película, sus ojos azules se puso negro y con pintas de sangre, entrego un golpe fuerte en la mesa, todo en la sala se estremecieron y los que hablaban se pusieron atento para escuchar lo que tenía que decir.
En la silla había una gran bufanda de cuero emplumado a su espalda y una estatua en el piso como de león que vigila su presa. La sala es extremadamente grande y lujoso. Los muebles fueron cambiados. La luz en la oficina era de mucho más poder. El expresidente tenía una personalidad calmada y suave. Al contrario de su hijo
Jack clavo sus ojos en su pecho bajos, las camisas de seda y una chaqueta fuño las cejas y dijo entre dientes "A partir de ahora,no habrá más monjas". Katty hizo caso omiso pretendiendo que no escucho lo que dijo. Después pensó en el comentario ¿Qué pretendía cuando dijo monja? ¿Se refería a mi atuendo?
_ ¡Ese Maldito no me dejará tener una vida fácil!
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