La secretaria Indomable romance Capítulo 46

 Luego ella  tosió 

_ ¡Eso, no es Champán!

_ ¡No,no pensé que el alcohol fuera una buena elección en mitad de una jornada de trabajo, Es sidra!

_ ¡Un sabor muy interesante!_ dijo ella.

_ ¡Era el único que tenían! 

Mientras aún ella tosía, él le palmeo la espalda.Su pecho desnudo bajo la camisa oscilaron ante sus ojos y experimento con fuerza el impulso de toser. «Sé adulta katty».

_ ¡Estoy bien! 

Ella se apartó y volvió a fruncir el ceño.

_ ¡Tengo algo perfecto para que le limpie el paladar!

El  centro su mirada en la cesta donde había una tarta grande de chocolate y un racimo de uvas verdes Y dijo

_ ¡Todavía no es la temporada para las uvas, así que puse mucho esfuerzo para encontrarla por ti! ¡Y sé que te gustaran!

Ella sostuvo una grapa de uvas y a punto hacia su boca hacia arriba, incorporándose de un salto de la manta, y tragando uno, de una manera seductor y provocativo. Mientras imagino que esa misma lengua le tocaba a ella por el cuello. «¿Qué diablos me está pasando?»

En la manera que ella comía la fruta, solo lo hacía pensar en sexo. Lo absurdo de la idea la impulsó a ponerse de pie por desgracia, se llevó consigo el extremo de la manta. Los cubiertos cayeron del plato de ella y la tarta de chocolate fue a parar en la camisa blanca como la seda.

Los dos sorprendidos por la acción. Sin más preámbulo, él se quitó la camisa y ella pudo ver una vez más ese cuerpo, bien trabajado. Esta vez no estaba mojado sino pegado con chocolate y lucia muy sexy. 

_ ¡Descuida, lo voy a limpiar en el baño! ¡Tengo otras camisas! 

_ ¡Perdón, mi torpeza ha dañado todo!

_ ¡No fue nada!

Él entró al baño y Katty se puso a recoger todo y lo puso dentro de la cesta. Luego se sentó en el sofá admirando el hermoso collar que, siempre estuvo con su Hermana pequeña, Princy Benger de York. Las lágrimas se precipitaron de nuevos en sus ojos.

Kelvin salió y la vio con la cara de tristeza. Como lucia sabia que tenía que ver con el collar. Parado al borde del escritorio y con las manos en los bolsillos, dijo.

_ ¡Te ayudaré!

_¿Qué?

_ ¡Dije que te ayudaré, a encontrar todo tras la masacre de tu familia!

Esas palabras la hicieron sentirse más aliviada. Y se sintió  agradecida. Las horas corrían, cuando ella salió del edificio y una persona cargo todos los objetos que ella, había identificado como reliquias de su familia a un Taxi. Kelvin insistió en llevarla el mismo. Ella se opuso.

 Al llegar a su casa, coloco todo en su lugar, y entro en su habitación. Pero no noto que había algo extraño en su casa. Y que había alguien sentado en el oscuro de la esquina de la ventana. Salió y fue  a la cocina, se hizo una tasa de té. Y fue a la ventana a admirar la belleza de la noche. En su labio se dibujó una hermosa sonrisa, cuando repaso en su memoria, la escena de la torta y de toser mientras él le flotaba la espalda y dijo que el pícnic estuvo buena. Algo murmullo «Estuvo buena el pícnic?» pero ella sin prestar atención estuvo de acuerdo.

Cuando por fin percató que la palabra «Estuvo buena el pícnic» no es de ella. Miro a la ventana. Y allí  estaba el, sentado en la oscuridad. Mirando con toda la curiosidad y sus ojos, investigaban cada rincón de la expresión que podía hacer katty. Del susto soltó la tasa y callo al piso  en pequeño trozo.

_ ¿Qué diablos, haces aquí?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La secretaria Indomable