La secretaria Indomable romance Capítulo 80

_ ¿Y por qué está actuando de esa manera?

_ ¡Llama al médico, así sabremos y su mente fue afectada!

_ ¡eh!

Tanto como Don, Marcelo y Jack, estaban confundidos. Que ella actuara de una forma distinta. Es porque algo no está bien.

_ ¡Jack, te dije que me hablaras, no que le susurres cosa, a papa!

_ ¡Bien, bien! ¿Qué quieres que te diga?

Katty se quedó, pasmada. Como ella lo había imaginado. Solo puede leer los labios y no escucho en absoluto lo que ellos mencionaron.

Katty se tocó la oreja. Para saber si algo está mal con ella. Y su cabeza vendada le da una impresión que esto es grave.

_ ¡No puedo escuchar, de lejos! ¡No los escuché!.

_ ¿Qué?

Respondieron los dos, al mismo tiempo. Jack salió y busco el médico. Don Marcelo se apoyó al borde de la camilla y le acaricia la cabeza. Una manera de consolarla.

Unos Minutos Jack entra con el médico. El médico revisa, pero le, es difícil hablar. Con la presencia de estos dos hombres. Cualquiera se mantiene callado. Hasta la respiración es un honor.

_ ¡Doctor, que tiene, mi pequeña, ¿qué no escucha a una distancia.?

_ ¡Señor, Marcelo! Es algo temporal. Ella estará bien, si toma reposo absoluto y durante dos semanas, hasta un mes si es posible.

_ ¡Dos semanas, hasta un mes! ¿Papá, sabes que ella, puede darse el gusto de despertar y empezar a correr en el segundo día, ¿ciertos?

_ ¡Hay otra manera, que se rehabilite, mucho más rápido!

_ ¡Hay, uno medicamento! Sin embargo, no están en este Hospital. Son del occidente.

_ ¿Dónde se consiguen Yo los busco? _ dijo Jack

_¡En el océano King! Respondió el médico

_ ¡Papa, me voy ahora! Tengo algunas cosas que hacer.

Jack, salió dejando a todos en la habitación. Algo estuvo él aguantando.

Una vez que sus pies, tocaron fuera. La ira y la frialdad volvieron a sus ojos. Y mente, Subió a su Jeep. Con su conductor, volvieron a la villa.

Una vez, que bajo su coche. Los sirvientes, que lo vieron. Comenzaron a temblar de miedo. Sus miedos se comenzaron a reflejar en sus caras. Otros ya estaban a puto de desmayarse.

Jack, subió las escaleras. Y Tía Naty estaba abajo. Vio a Jack y se pasó de un brinco.

_ ¿Cómo está ella, esta viva.?

_ ¡¿Quieres, saber así ir y terminar de matarla?!

Las palabras de Jack, eran como dagas en el Arizona. Tan afiladas y profundas. Que desmantelan los huesos. Y los dejas a los descubiertos.

La Tía Naty se quedó, pálida, no podía mover un pie. Sentía como si una tonelada de plomo, estuviese en sus pies. Y estaba rígida, inmovilizada, por sus propios pensamientos.

Jack, la miro. Y un destello de rabia e ira se apoderó de él. La Tía, noto su reacción y se sentó. Estaba pálida, aún no encontraba palabras para poder responder a Jack.

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